Así lo determinó la Corte Constitucional y, además, ordenó al establecimiento implementar políticas de ingreso enfocadas en la no discriminación.
El hecho se registró en una licorera de Barranquilla cuando el dueño del local, según una de las mujeres afectadas y que radicó la tutela, las instó a irse.
“Le pregunté, con mucho respeto: ‘señor, ¿qué le pasa? ¿Por qué me hizo esas señas tan despectivas delante de todo el mundo?’. El lugar estaba lleno y simplemente me respondió que él no aceptaba esas conductas de que dos personas del mismo sexo se tomaran de la mano en su lugar”, relató la joven de 28 años.
Y fue enfático al decir: “yo me reservo mis derechos y en mi negocio entra quien sepa comportarse”.Por su parte, Rafael Brochero, el comerciante entutelado, sostuvo que “no les he faltado ni las he expulsado de mi negocio”.
La Corte Constitucional, además, exhortó a la Cámara de Comercio de Barranquilla a que socialice el contenido de esta sentencia a las personas que hagan parte del registro mercantil.