El uso de piscinas es una actividad popular y refrescante, especialmente en climas cálidos. Sin embargo, una pregunta común que surge entre los bañistas es si es necesario o beneficioso ducharse después de nadar.
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Recientemente en Colombia, se conoció el caso de Javier Acosta, un hincha de 36 años, quien presuntamente contrajo una bacteria tras haber estado en una piscina en el departamento del Tolima. Pese al parte médico, la Secretaría de Salud del departamento afirmó que es prematuro decir que la bacteria fue lo que ocasionó el cáncer en el joven.
Sin embargo, el doctor Germán Camacho, médico infectólogo del Hospital de la Misericordia, en Bogotá, explicó para un medio colombiano que la enfermedad que padecía Acosta (osteomielitis) es una infección ósea causada por bacterias, siendo el Staphylococcus aureus la más común, responsable de entre el 60% y el 70% de los casos. Estas bacterias pueden provenir de la piel, la garganta o ambientes húmedos como piscinas. La infección se produce cuando estas bacterias entran al hueso, ya sea a través del torrente sanguíneo tras un trauma o herida, o por infección directa en la zona afectada, causando inflamación y dolor en el hueso.
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¿Por qué es importante bañarse después de haber estado en una piscina?
Por lo anterior, son muchos los expertos que destacan la importancia de bañarse después de haber estado en una piscina. Aquí le presentamos las principales razones por las que esta práctica es recomendada:
- Eliminación de gérmenes y patógenos: aunque las piscinas están tratadas con cloro y otros desinfectantes para mantener el agua libre de microorganismos patógenos, estos productos no eliminan todos los gérmenes presentes en el agua. Algunos microorganismos pueden sobrevivir, especialmente en áreas con alta afluencia de bañistas. Ducharse después de nadar ayuda a eliminar cualquier bacteria o virus que pueda haber quedado en la piel, reduciendo el riesgo de infecciones cutáneas y otras enfermedades transmitidas por el agua.
- Prevención de infecciones: el contacto con el agua de la piscina puede facilitar la transmisión de infecciones. Las bacterias y otros patógenos pueden adherirse a la piel y, en algunos casos, entrar en el cuerpo a través de heridas o membranas mucosas. Una ducha post-nado ayuda a eliminar estos posibles patógenos, reduciendo el riesgo de infecciones cutáneas, hongos, y enfermedades gastrointestinales.
- Cuidado de la piel: el cloro y otros químicos utilizados para desinfectar el agua pueden causar irritación y sequedad en la piel. Estos productos pueden eliminar los aceites naturales de la piel, dejándola seca e irritada. Ducharse después de nadar ayuda a remover estos químicos y a restaurar la hidratación natural de la piel, evitando molestias y problemas dermatológicos.
- Mantenimiento de la higiene personal: además de los productos químicos, el agua de la piscina puede estar contaminada con sudor, células muertas de la piel y otros residuos. Una ducha elimina estos restos y contribuye a una sensación de frescura y limpieza, manteniendo una adecuada higiene personal.