Ya son 28 días los que llevan desaparecidos los 4 menores indígenas tras el siniestro, en la selva del Guaviare,
de la avioneta en la que se movilizaban. 11 aeronaves de las fuerzas militares intensifican la búsqueda para ubicarlos.
El emblemático avión fantasma de la Fuerza Aérea Colombiana desde el cielo monitorea y guía a los militares en las más complejas operaciones en el país y, en esta ocasión, para la búsqueda de los 4 menores indígenas desaparecidos en Caquetá, con su potente radar y cámaras térmicas, se ha convertido en los ojos de los comandos de las fuerzas especiales que están en tierra.
“La División de Asalto Aéreo continúa con sus capacidades en el municipio de San José del Guaviare con el fin de apoyar la búsqueda del personal que aún se encuentra desaparecido, con el propósito de que esta tarea llegué a un feliz término", señala el coronel Javier Cómbita, comandante del Batallón de Operaciones Especiales de Aviación del Ejército.
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Pese a los indicios de que los niños siguen con vida en la selva del Guaviare, el paso de las horas ha obligado a intensificar la búsqueda. Por eso, en las noches poderosas bengalas, que alumbran 2 kilómetros cuadrados de la espesa selva durante 6 minutos, son lanzadas para que los equipos de socorro puedan avanzar.
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“En el marco de la Operación Esperanza, las aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana han realizado operaciones de perifoneo aéreo, volanteo, inserción de personal y abastecimiento”, destaca el coronel Iván Meza, comandante del Comando Aéreo de Combate 6 de la Fuerza Aérea.
Desde un helicóptero con parlantes que tienen alcance de 1 kilómetro y medio reproducen un nuevo mensaje para orientar a los pequeños o para que hagan sonidos, en medio de la extensa y silenciosa selva de Guaviare, que guíen a los equipos de búsqueda.
“Vuelvan donde dejaron el tetero rosado golpe los palos en las mañanas, en las tardes y en las noches para poder reconocer su posición, no están solos seguimos en su búsqueda”, es el mensaje que transmiten desde la aeronave.
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Mientras 11 aeronaves de la aviación del Ejército Nacional y de la Fuerza Aérea completan más de 180 horas de vuelo, más de 200 hombres, entre fuerzas especiales e indígenas, siguen con la fe intacta de encontrar a los cuatro menores desaparecidos.