El gobierno de Iván Duque tiene todo listo para que regrese la controvertida aspersión aérea con glifosato.
Su estrategia para combatir los cultivos ilícitos comenzaría en amplias zonas de 14 departamentos. Se dividiría así:
1. Meta, Guaviare y Vichada
2. Caquetá y Putumayo
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3. Cauca y Nariño
4. Antioquia, Bolívar, Córdoba y Santander
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5. Norte de Santander, concentrada en la zona del Catatumbo,
6. Chocó y Valle Del Cauca
El gobierno sostiene que dentro del plan están excluidos resguardos indígenas, zonas de sustitución de cultivos y reservas ambientales.
Carlos Holmes Trujillo, ministro de Defensa, justifica la aspersión hablando del gobierno anterior.
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“Se diseñó un sistema de incentivos que terminaron siendo incentivos perversos que se traducen en: a más coca, más beneficios, esto después del acuerdo. Y, ¿qué pasó a raíz del cambio de la política? Que de las 48 mil hectáreas de 2013 se fue subiendo paulatinamente, un crecimiento exponencial hasta llegar a 177 mil hectáreas de cultivos ilícitos”, dice el funcionario.
Según los estudios del gobierno, con la aspersión aérea, la velocidad con la que se eliminarían los cultivos ilícitos aumentaría en un 100% frente a la erradicación terrestre, que llega a un máximo de 260 hectáreas por día.
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“El país tiene que comprender que es que esto ya lo hicimos y cuando lo hicimos fuimos en la dirección correcta”, agrega Holmes Trujillo.
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Frente a los cuestionamientos de los efectos colaterales en el medio ambiente, el gobierno señala que compraron un sistema tecnológico de cuarta generación para evitar equivocaciones.
Y este, dicen las autoridades, se complementa con el estudio previo de sensores y satélites que ubican los cultivos ilícitos.
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Finalmente, los funcionarios señalan que con el sistema buscan disminuir los riesgos de la fuerza pública, golpeados por minas, ataques con francotiradores, bloqueos y enfrentamientos. Pero no solo ellos, también las comunidades amenazadas por el narcotráfico.
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