Dos mujeres policías y madres de familia participaron en el rescate de los cuerpos del piloto Hernando Murcia, el líder indígena Herman Mendoza Hernández y Magdalena Mukutuy, mamá de los cuatro niños perdidos en Caquetá.
Para llegar hasta la zona donde cayó la avioneta en la que fallecieron estas tres personas, las uniformadas -investigadoras de criminalística de la Policía- saltaron de un helicóptero.
Cayeron en un improvisado helipuerto que armaron en medio de la selva los comandos de fuerzas especiales de las Fuerzas Militares y caminaron casi dos kilómetros hasta llegar al lugar de la tragedia para recaudar todo el material probatorio y establecer lo que generó el accidente aéreo.
“Había varios elementos como maleta, ropa, entonces tuvimos que estar buscando para poder ubicar documentos que fueran de importancia, para poder identificar los cuerpos, también partes de la avioneta. Entonces tuvimos que estar moviéndola para poder hallar elementos materiales probatorios”, aseguró la patrullera Lily Carmona.
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La subintendente Fabiola Santamaría contó que movilizarse por el terreno era difícil porque "al caminar se enterraban".
Los cuerpos de las tres víctimas “estaban dentro de la aeronave y al momento de extraerlos fue un poco difícil, toda vez que quedó bastante impactada”, añadió la uniformada.
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Para la subintendente no fue una labor fácil, porque lo que vio de los niños perdidos en Caquetá, “leche, pañitos, zapaticos, su ropita, perfumes”, le hizo recordar a su hijo de 11 años.
“Pensé en mi hijo y oré mucho para que estos niños fueran encontrados y llevados a su seno familiar, y fue fuerte porque, como ya han pasado 18 días, obviamente sus prendas, su ropa estaba bastante sumergida al lodo”, expresó.
Las investigadoras de criminalística salieron con el material recaudado y los restos humanos de los tres adultos víctimas del accidente en Caquetá.
El piloto del helicóptero que apoyó el rescate de los cuerpos fue el mayor Juan Esteban Valencia, de operaciones especiales de aviación, quien también ha sido uno de los encargados de transportar el apoyo logístico para los hombres de las fuerzas especiales que están internados en la selva buscando a los cuatro niños perdidos en Caquetá.
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Él destaca de estos uniformados que “son personas muy bien entrenadas de fuerzas especiales. Sin embargo, la alimentación no es la mejor porque se alimentan por medio de raciones durante todo este tiempo, la humedad de la selva, el agua, todo hace que afecte y que sea mucho más difícil el tiempo que están ellos en este momento en el área de operaciones”.
Sobre la labor de sus compañeros cuenta que solo “vienen a cambiar de uniforme o nuevamente como a estar otra vez en su ambiente cuando ya salen del área de operaciones, que ya pueden tener un respiro y poderse cambiar, poderse bañar bien. De resto, 24/7 están con la ropa húmeda, la ropa mojada todo el tiempo”.
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Pese a las difíciles condiciones que viven para encontrar a los niños perdidos en Caquetá, el piloto Valencia afirma que los hombres “están bien, motivados y con muchas ganas y deseos de seguir buscando y rescatar a estos menores”.
“Son unos héroes, están dando todo y están dando su 200% por buscar y cumplir esta misión satisfactoriamente”, sostiene.
La subintendente Fabiola añade que los ha visto “muy motivados porque la mayoría también son padres de familia, entonces tienen la búsqueda y están desesperados en encontrar estos chicos”.
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