En medio de abrazos y lágrimas de alegría, que luego se transformaron en baile, los abuelos de loshermanitos hallados en Guaviare celebraron el rescate con vida de sus nietos. Durante 40 días, la familia Mucutuy Valencia estuvo en un hotel de Villavicencio esperando una llamada que por fin llegó.
Narciso Mucutuy, el abuelo de los cuatro hermanitos, aseguró que la palabra alegría queda corta para describir lo que sintió. “No hay como uno suspirar de la alegría de haber encontrado a los 40 días a nuestros nietos desaparecidos en Yarí. Estoy contento, agradecido con el encuentro que hicieron el Ejército y los pueblos indígenas. Me siento contento, alegre, no hay nada más que decir, mi Dios es muy grande”, afirmó.
Noticias Caracol compartió esa alegría tras mostrarles a los abuelos las primeras imágenes de los niños a bordo del helicóptero de la Fuerza Aérea. “Se me parte el corazón al ver a mi nieta, de verdad. Doy gracias a Dios y a las personas”, manifestó Fátima Valencia, la abuela.
Ellos no podían creerlo. Sus nietos estaban a salvo. Entre el júbilo, también hubo lugar para la tristeza y recordar a Magdalena, la hija que falleció tratando de proteger a los cuatro niños, quienes eran su vida.
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“La palabra agradecer no me cabe, que me perdonen que lo diga así. Estoy contento, yo como abuelo de los nietos que dejó mi hija que falleció. Agradezco a la empresa que me entregó el cuerpo de mi hija que me fui a guardar en mi territorio”, concluyó el abuelo de los niños.
Damaris Mucutuy, tía de los menores, aseguró que la mayor de los cuatro hermanitos, Lesly Mucutuy, fue clave para que sobrevivieran y resaltó que un juego que solían realizar cuando estaban más pequeños los salvó.
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“Cuando jugábamos, armábamos como ranchitos, entonces yo pienso que todo eso, por las fotos que nos enviaban (de los cambuches), pienso que ella era la que hacía eso. Yo sentía desde mi corazón que ella iba a sobrevivir porque ella tiene la capacidad de aprender muchas cosas”, dijo.
En ese sentido, Damaris le dio “mil gracias a Dios, porque, la verdad, sobrevivió ella e hizo que sus hermanitos sobrevivieran también”.
También, destacó que algo también importante fue cuando ella y Lesly jugaban en la selva, cerca de donde vivían con su comunidad indígena. Un hecho clave es que la menor de 13 años conocía las frutas y sabía lo que podía comer.
“Ella conocía todo, sabía qué fruto no puede comer, porque en la selva existen muchas frutas venenosas, rasquiñosas, uno sabe qué fruta puede comer, qué fruta no puede comer”, comentó Damaris.