En medio de la despedida al maestro Fernando Botero en Bogotá
se llevó a cabo este lunes 25 de septiembre la misa solemne en su memoria, homilía en la que el arzobispo de la capital colombiana, monseñor José Luis Rueda, destacó "la belleza" de la obra del "genio de manos laboriosas" fallecido el 15 de septiembre a los 91 años.
Desde el viernes 22 de septiembre los restos del pintor y escultor colombiano estuvieron en cámara ardiente en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, donde recibió la despedida de miles de personas y desde allí fueron trasladados a la Catedral Primada para el oficio religioso.
El féretro de Fernando Botero, cubierto con la bandera de Colombia, fue retirado del Capitolio por soldados del Batallón Guardia Presidencial que lo acompañaron en los pocos metros que separan a la sede legislativa de la catedral, ambos situados en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá, donde centenares de personas se amontonaron para ver el cortejo.
En la catedral lo esperaban el presidente Gustavo Petro y el ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, junto con otros miembros del gabinete, autoridades del Estado y personalidades de la vida nacional.
Detrás del cajón entraron sus hijos Fernando, Lina y Juan Carlos Botero Zea, acompañados de familiares y amigos, para asistir a la misa oficiada por monseñor Luis José Rueda, quien el próximo sábado será creado cardenal en el consistorio convocado por el papa Francisco.
“Hoy nos queda su enorme legado, su inmensa obra, la cual mis hermanos y yo nos hemos comprometido en preservar, proteger y difundir por todos los rincones del mundo llevando en alto el nombre de Colombia. Nos queda su ejemplo como ser humano, su grandeza, su generosidad, su sensibilidad hacia las necesidades de los demás”, dijo su hija Lina Botero ante los asistentes y en medio de lágrimas.
Duelo nacional
El arzobispo definió como "momento especialmente triste y doloroso" el que vive Colombia por el fallecimiento de su artista más universal, que retrató en sus obras la realidad colombiana, "la crítica social, la pasión por la vida, el arte, los trazos y colores de esperanza", así como el anhelo de paz y unidad nacional.
"En medio de las alegrías y dramas que nos han acompañado como pueblo, el maestro Botero supo plasmar en sus obras la belleza de lo cotidiano y el gusto por las alegrías auténticas de la vida, el dolor, el sufrimiento que causan nuestras contradicciones como personas y como pueblo, el valor de nuestras raíces comunes y, sobre todo, la esperanza de tiempos mejores", expresó el prelado.
Tras señalar que "una nación está triste por la muerte de aquel artista, pintor y escultor a quien tanto admiramos", al que definió como "un connotado hijo de la patria", monseñor Luis José Rueda puso de manifiesto la importancia de la belleza, no solo en su obra sino en la vida diaria.
"La belleza nos da alegría, nos motiva a levantarnos y a caminar juntos, la belleza nos hace bien a todos", dijo y añadió: "El camino de la belleza nos abre también la esperanza, ya que la belleza es capaz de crear comunión y unidad, porque une a Dios al hombre y a la creación en una única sinfonía, porque une el pasado al presente y al futuro".
El arzobispo Rueda destacó que en una de sus obras Botero "haya evocado el viacrucis de Jesús, poniendo en relación la belleza y la cruz".
"Maestro Fernando Botero Angulo, hombre de bien, genio de manos laboriosas y corazón generoso, orgullo de Colombia, que la belleza infinita de la casa de Dios padre lo acoja por siempre", concluyó.
Semana de homenajes
La Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Nacional de Colombia dieron un tono más solemne a la eucaristía, tras la cual el féretro fue trasladado al Museo Botero, creado en 2000 con la donación que él hizo al Banco de la República de 123 obras de su autoría y 85 de artistas internacionales, entre ellos Picasso, Renoir, Monet y Dalí, para otro homenaje.
Con el acto en el Museo Botero concluirán los homenajes a Botero en Bogotá y será trasladado a Medellín, la ciudad donde nació el 19 de abril de 1932, para recibir más reconocimientos.
En Medellín, a donde llegará este lunes en la noche, recibirá el martes un homenaje popular en la Plaza Botero, que cuenta con 23 esculturas monumentales donadas por el artista en 2002, y luego será velado en cámara ardiente en el Museo de Antioquia hasta el jueves, día en que se le hará otra misa solemne en la catedral metropolitana y se le rendirán honores militares.
El cuerpo del artista será cremado y sus cenizas llevadas a la localidad italiana de Pietrasanta, donde quedarán al lado de su esposa, la artista griega Sophia Vari, fallecida en mayo pasado.
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