Así fue como un agente del FBI logró burlar y desmantelar a proxenetas en Cartagena

El 11 de octubre de 2014, el país se sorprendió con un operativo contra el abuso sexual de menores en un caso de prostitución infantil descubierto en Cartagena. Los integrantes del grupo de proxenetas fueron capturados y condenados. El pasado 10 de octubre, sus condenas fueron ratificadas por el Tribunal Superior de Cartagena y solo uno de ellos fue absuelto. Por su parte, Kelly Johana Suarez Moya, Samuel David Olave, Eduardo Ortega y Juan Manuel Oquedo Sierra, alias ‘Fuego’, deberán pagar condenas de 16 años.

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La operación para desmantelar esta organización duró varios meses, incluyó la infiltración de agentes de la Fiscalía y de un exagente del FBI dedicado a luchar contra esos grupos.

Noticias Caracol en vivo tuvo acceso a la investigación y a los videos que registraron la manera escandalosa y lamentable como los menores eran ofrecidos a los extranjeros.

Este aberrante negocio no solo era verbal, pues los abusadores extranjeros que estaban interesados en los pequeños podían acceder a catálogos donde veían fotos de quienes serían sus esclavos sexuales, esto a cambio de dinero, el cual pagaban a los proxenetas que les hacían la oferta.

Para tener las fotos de menores allí, los engañaba mediante una falsa agencia de modelos.

El agente encubierto Tim Ballard le contó a Noticias Caracol en vivo: “Lo primero que pasó fue lo que nos pidió la fiscal, es que por favor vayan a la Playa Blanca y no más para ver si es verdad que están solicitando a los gringos que están ahí. Fuimos ahí, nos sentamos por unos 20 minutos, no pedimos nada, no buscamos, sino nos sentamos ahí. Nos llegó un hombre que, como le dije, se llama ‘Fuego’ y él dijo: ‘yo tengo niñas para sexo, ¿están interesados?’ Yo dije: sí ¿Qué tiene?”.

Lo que narra Tim Ballard, uno de los agentes infiltrados en la operación, quedó grabado en video. Se logra escuchar cuando le ofrecen niñas y adolescentes “muy dulces” y “experimentadas” para accederlas sexualmente.

Ballard es un exagente del FBI que se ha dedicado en los últimos años a infiltrar este tipo de organizaciones en América Latina. Llegó a Colombia para hacer parte de la operación ‘Cristal 2’. Durante meses se ganó la confianza de los delincuentes y, poco a poco, se adentró como supuesto traficante.

Ballard no es el único protagonista de esta historia, pues, junto a un agente colombiano encubierto, lideraron el operativo. Este hombre explicó que "el paso a seguir en medio de la operación fue “identificar a las personas, ver qué tipo de actividad, qué tipo de rol desempeñaba cada una, fue así que fuimos conociendo a los demás integrantes”.

Paso que llevaron a cabo a través de Juan Manuel Oquedo Sierra, alias ‘Fuego’, quien les abrió la puerta de la organización, al punto que, 15 días después del ofrecimiento en la playa, invitó a los agentes infiltrados a su casa donde el tema fue nuevamente el abuso sexual de los menores.

Ese encuentro, considerado por los investigadores encubiertos como el más peligroso porque estaban en el terreno de los delincuentes, también fue grabado.

Pedían hasta 1.000 dólares por abusar de una menor

A pesar de las ofertas y de los supuestos que ya se planteaban, hasta ese momento los agentes encubiertos aún no conocían a las niñas y a los niños que el grupo les estaba ofreciendo. Sin embargo, avanzaron en la negociación y para hacerlo organizaron un nuevo encuentro con los proxenetas, esta vez en un lugar elegido por los investigadores.

Esas comidas y esos tragos fueron entretejiendo esa relación de confianza que se debía generar con los traficantes, pero aún no era suficiente, se debían lograr más reuniones que permitieran recolectar las pruebas que llevaría a la organización tras las rejas.

Tim Ballard explicó que “el paso tres, que fue tener un almuerzo, (se hizo en) un lugar que nosotros controlamos. Entonces fuimos a un restaurante en Cartagena, en la playa, y pusimos cámaras bien puestas y desde ahí empezamos a hablar más detalles”.

Gracias a esa reunión, quedaron plenamente registrados los rostros de los participantes. En la mesa se vio a Kelly Johana Suárez Moya, una de las candidatas al Reinado de la Independencia en 2013, no ganó, pero logró la figuración que estaba buscando.

Ballard explicó: “Yo le pregunté: ¿qué van a hacer estas niñas? Dice que son de 11, 12, 13 años. (Le volví a preguntar) ¿qué van a hacer?, y respondió: ‘van a hacer todo lo que tú quieras’. Y dijo Samuel en el vídeo: ‘mira, son niñas inocentes, así que tienen que…’ y ahí llega Kelly Suárez con la respuesta, ella termina lo que estaba diciendo Samuel: ‘Que sea delicado, por favor’, y empieza a reírse mientras está comiendo”.

Ya con la confianza de la organización en las manos, vino una oscura propuesta de los criminales que sorprendió a los investigadores y que dejaba ver la ambición de dinero que tenían: la construcción de un hotel. Tal era el cinismo que expresaron: “Aquí hay que hablar claro. Aquí se está construyendo una compañía legal, pero vamos a hacer algo ilegal”.

A lo que se referían como ilegal era a convertir a niños y niñas en mercancías sexuales.

A pesar de la sorpresa inicial, los investigadores siguieron el juego y empezaron a hablar de la inversión en el hotel. Pocos días después, se organizó una fiesta para celebrar el cumpleaños de uno de los infiltrados. Como muestra de confianza, la banda de proxenetas ofreció el sitio donde se iba a construir el supuesto hotel. Allí mismo, antes del festejo, pretendían cerrar el trato.

La construcción de ese hotel fue el anzuelo para lograr la caída de esta organización criminal.

Todo el seguimiento y el crudo registro que hicieron los agentes infiltrados durante los meses que duró la operación llevó a un final que permitió desmantelar a esta banda de proxenetas. La Fiscalía, la Armada Nacional, Migración Colombia, la ONG de Tim Ballard y Bienestar Familiar se unieron para rescatar a los 54 menores de edad que estaban siendo negociados en la isla La Coqueta, cerca a Cartagena.

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