Para las comunidades en Araracuara, Caquetá, zona desde donde salieron los niños indígenas que estuvieron 40 días perdidos en la selva , entrar o salir de su región es una misión compleja y muchas veces peligrosa. El viaje por río tiene sus riesgos, pero por aire, para muchos, es una completa odisea que puede comprometer hasta la vida. Una pista de tierra es la única salida aérea que esa población.
Dicha pista está al borde de un acantilado, no tiene luz ni señalización, pero sí bastantes grietas y decenas de baches. Desde allí y con destino a San José del Guaviare, despegó el avión tipo Cessna en el que viajaban Lesly, Soleiny, Tian y Cristin, los cuatro pequeños indígenas que preocuparon al mundo, junto con su mamá, un líder indígena y el piloto.
El vuelo con los siete ocupantes a bordo despegó del abandonado aeropuerto a las 06:42 a. m. del primero de mayo de 2023. Tan solo 35 minutos después, el piloto reportó la primera emergencia. Transcurrida una hora y un minuto del despegue, se registró la segunda.
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“Mayday, mayday, mayday, 2803, 2803,el motor me volvió a fallar ”, reportó el piloto en ese momento.
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Cinco minutos después, ocurrió el accidente. Allí los tres adultos perdieron la vida y los cuatro niños quedaron a la deriva en la selva del Yarí. Dice la familia y la gente allá en Araracuara que dicha tragedia estaba anunciada.
“Tenemos un abandono total, la pista está totalmente deshecha, por eso es que Satena ya no aterriza”, aseguró Dairo Juvenal Mucutuy, tío de los niños que fueron rescatados tras permanecer 40 días perdidos en la selva.
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Sostienen que, ante las precarias condiciones de la pista, las aerolíneas no tienen interés en su territorio y que realmente no hay controles de seguridad y buen estado para las aeronaves ni garantías de ningún tipo para los pasajeros.
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La familia Mucutuy y los más de 300 habitantes de Araracuara, Caquetá, advierten que salir de su territorio es arriesgar la vida y que no tienen opción, o salen por aire en una pista destruida y abandonada o, por el río, en una travesía tan larga como peligrosa.
La otra salida es el Cañón de Angosturas. A pesar de los riesgos, termina siendo la mejor opción para salir del territorio, pues un pasaje en avión cuesta entre 800 y 900.000 pesos y por río son 300.000 hasta el sector de La Tagua.
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“Eso es muy triste para nosotros los indígenas que estamos allá, pues también somos colombianos y tenemos los mismos derechos de cualquier ciudadano de Colombia, pero ahora nos sentimos vulnerables, casi abandonados del Estado”, apuntó Dairo Juvenal Mucutuy.
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Ante estas denuncias, la Aeronáutica Civil asegura que la pista del aeropuerto de Araracuara está en la lista de priorizadas para intervención del Gobierno nacional. Mientras tanto, el temor de las comunidades indígenas del Caquetá y Amazonas es que se repita la historia.