Unas fotografías fueron la última pieza del rompecabezas para capturar a Harold Andrei Echeverry, el hombre señalado del feminicidio de Michel Dayana.
Una mujer del barrio Ciudad Porfía, a la salida de Villavicencio, Meta, lo identificó en un negocio, le tomó unas imágenes con su celular y de inmediato las envió a la Policía.
Los investigadores estaban siguiéndole la pista desde que escapó del taller en Cali con una moto, luego de ocurrido el crimen. Otra fotografía lo captó en carretera, al lado de un taxi, cuando iba hacia el departamento del Tolima.
“Reconozco que el pueblo colombiano empezó a sumarse en su búsqueda. Más de 500 llamadas recibimos el primer día y el segundo día de todo el país, así que eso habla de la solidaridad de los colombianos con don Genaro y con la niñez de Colombia", comentó el general William René Salamanca, director de la Policía Nacional.
Luego de analizar las 500 llamadas y con la pista que indicaba que había llegado al municipio de Chicoral, en el Tolima, los investigadores descubrieron que el sospechoso, Harold Andrei Echeverry, había pagado cinco mil pesos por noche para hospedarse en una habitación donde se encontraron algunas de sus pertenencias y un colchón.
"Fueron más de 50 horas de análisis y videos. Más de diez entrevistas, seguimientos, temas relacionados de arraigos y todo el análisis que hace nuestra capacidad de inteligencia y policía judicial”, enfatizó el general José Daniel Gualdrón, comandante de la Policía de Cali.
Mientras se estrechaba el cerco contra Echeverry, inteligencia de la Policía comprobó que el presunto feminicida intentó vender la moto, pero no pudo, por eso solo permaneció tres días en Chicoral y luego decidió dirigirse al departamento del Meta en busca de otra ruta para salir del país.
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“Inicialmente teníamos información de que quería huir hacia el sector del Ecuador, allí logramos tener los contactos con la policía ecuatoriana, el cierre de fronteras, se regaron todos los volantes de imágenes, pero también los puestos de control se intensificaron hacia al Cauca y se cerró esa brecha”, agregó el general Gualdrón.
Los días previos a su captura, Echeverry se estableció en Villavicencio donde, según la investigación, alcanzó a trabajar como mototaxista. Allí lo vieron pidiendo ropa regalada.
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La interceptación de varias llamadas telefónicas demostró que se trataba del mismo hombre que había cometido el crimen.
En Villavicencio, los policías corroboraron su identidad con las fotos enviadas por la mujer y finalmente lo capturaron. Autoridades confirmaron que se pagará la recompensa que se ofreció por su paradero y el padre Michel Dayana agradeció la solidaridad de los colombianos en los difíciles momentos por los que atraviesa.
Harold Echeverry permanece detenido en Villavicencio a la espera de las primeras audiencias frente a un juez. La Fiscalía General de la Nación le imputará el delito de feminicidio agravado y pedirá que sea enviado a la cárcel.