Sin importar la hora, el día, si hay frío o calor, Alejandro Gault, un exvigilante de 32 años, no pierde oportunidad para llevar alimentos que a veces él mismo prepara a las familias vulnerables de Barranquilla .
Su actividad, que desarrolla junto a jóvenes con los que creó una fundación, se extiende a los habitantes de calle, a los que regala cada que puede un plato de comida. Con ello, Alejandro busca enmendar el error que cometió un día, cuando decidió asaltar a los pasajeros de un bus interdepartamental.
“Cuando vi tenía un robo de 38 celulares, cuatro portátiles. Traía como 25 millones de pesos, traía anillos cadenas de oro”, recuerda.
Por este delito pagó cuatro años de cárcel, que dice, le sirvieron para reflexionar: “estoy buscando estar en paz con Dios, en ayudar a las personas y que Él me perdone”.
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Con la ayuda de recursos donados por amigos y empresas, este hombre ahora entrega regalos a los niños, cuyos padres no tienen dinero para hacerlo.
Alejandro Gault quiere convertirse en ejemplo para aquellos jóvenes que optaron por tomar un camino equivocado. Por su experiencia asegura que están a tiempo de enderezarlo, volver a la legalidad y servir con sus talentos a la sociedad.
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