El corregimiento de La Guayacana, en Nariño
, fue escenario de un nuevo desastre natural. Allí, las bandas que se apoderan del hidrocarburo dejan a su paso destrucción y una estela de contaminación, como se observa al ver a una ardilla nadando en petróleo.
La carrera de este animal contra la muerte es fiel reflejo del impacto ambiental que causan las bandas criminales. Durante varios minutos el roedor luchó por salir hasta que una vara alcanzada por un patrullero del grupo GOES Hidrocarburos fue su salvación.
El caso de la ardilla nadando en petróleo tuvo un "buen final", pero lastimosamente otros seres que caen en la misma desgracia no logran sobrevivir. “La gran mayoría de estos animales cuando caen no tienen la posibilidad de salir y mueren ahogados”, explica el patrullero Héctor Mosquera.
Otro de esos casos es el de Toby, un perro hallado envuelto en una espesa capa de combustible que hoy sigue recuperándose de sus heridas. Lo habían abandonado en una refinería ilegal en Tumaco y presentaba quemaduras en las vías respiratorias por el hidrocarburo.
“Hemos rescatado muchos animales silvestres: loros, perezosos, monos, los cuales no han podido salir ilesos de estas piscinas”, señala el subintendente Hans Castillo, del grupo de operaciones de hidrocarburos de la Policía Nacional.
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Las autoridades hallaron en refinerías ilícitas 52 piscinas de hidrocarburos que utilizaban para el procesamiento de drogas como la cocaína.
En un operativo se logró recuperar cerca de 82 mil galones de hidrocarburos refinado. No obstante, lo que sí es difícil de recobrar es el ecosistema que está matando la vida marina y terrestre, la flora, el aire.