La comunidad indígena awa, del resguardo Pialapi Pueblo Viejo, protege en su territorio dos grandes tesoros: el cerro Madroño -cráter de un volcán milenario- y un oso de anteojos , guardián de la reserva de La Planada, en Nariño.
El animal se llama Arcoíris y, literalmente, fue rescatado de los cazadores cuando aún era un cachorro. Es cuidado, protegido y alimentado por los aborígenes awa.
“Unos cazadores mataron a la mamá y dejaron a este osito bien cachorrito, entonces lo que se hizo fue recuperar este oso porque lo tenían amarrado”, cuenta Miguel Caicedo, gobernador del resguardo.
Arcoíris completa 29 años con ellos, quienes lo consideran en la cosmovisión indígena como un mediador entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
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Aunque sus cuidadores quisieran liberarlo, afirman que sería muy difícil para el animal adaptarse a una vida salvaje.
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La reserva natural La Planada ha logrado la reproducción de osos de anteojos en cautiverio, aumentando el número de esta especie en vía de extinción.
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