La angustia por salvarle la vida a un niño indígena de 12 años que cayó en una mina antipersonal sembrada, según las autoridades, por el ELN se sentía en toda la comunidad embera de Murindó , Antioquia.
Una vez estalló el artefacto, el menor fuer cargado y llevado a pie hasta el río Atrato, desde donde lo subieron a una lancha.
Un líder embera que grababa lo sucedido relató, además, la difícil situación en la que se encuentran las comunidades por cuenta de los grupos armados ilegales.
“En nuestro territorio están pasando estas situaciones, duramente, fuertemente. Por ese motivo, estamos confinados dentro del territorio de la comunidad indígena”, decía.
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En la carrera por salvarle la vida, la comunidad llevó al pequeño hasta el centro de salud de Murindó, de donde lo trasladaron a Mutatá y de allí a la clínica Panamericana de Apartadó.
Lamentablemente, el menor ya había perdido la pierna izquierda.
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“En la clínica Panamericana lo recibieron, de inmediato lo llevaron a cirugía, donde le hicieron todo el procedimiento de lavado y remodelación del muñón porque (la mina) le amputó todo el miembro inferior izquierdo y tiene quemaduras de segundo grado”, dijo Aracely Castro, secretaria de Salud de Apartadó, Antioquia.
Además del menor de edad, las entidades de salud deben atender también a su familia.
“En este momento ellos están angustiados, preocupados, dolidos. Por eso, precisamente le estamos haciendo todo ese acompañamiento desde psicología para que hagan el abordaje de esta familia”, añadió Castro.
La Iglesia Católica condenó el hecho que, también, dejó a un docente herido.
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Según dirigentes indígenas, el ELN habría sido el responsable de minar el territorio.
Aunque Murindó está en Antioquia, vive una situación de violencia similar a nueve municipios del Chocó que están confinados por las minas antipersonal.
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