Amigos del sacerdote Javier Eduardo González revelaron que su muerte habría obedecido a una alta dosis de escopolamina para robarlo. En Medellín, este lunes se cumplió su sepelio con una eucaristía en el barrio Belén Rosales, donde religiosos y miembros de la comunidad le dieron el último adiós.
“Duele. Una persona a la edad que él tenía, tenía mucho para dar a Dios, a la Iglesia y a la humanidad”, manifestó la hermana Deyanira Serna.
Cientos de feligreses y allegados acompañaron la despedida.
“Gracias a él hoy puedo decir que soy sacerdote. Él siempre nos apoyó, siempre nos animaba. En las eucaristías siempre nos inculcó ese sentido misionero de ir a las personas más alejadas”, expresó Daniel Muñoz Sierra, sacerdote.
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“Era muy carismático, tenía como un poder, si se puede llamar así, un poder espiritual, porque la gente llenaba siempre el espacio donde hacía la misa”, Antonio Puerta, feligrés.
Sobre su muerte, las autoridades recolectan videos de las cámaras de seguridad del sector y buscan a un hombre que habría estado con él.
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“De las primeras informaciones posiblemente sí hay el hurto de unas pertenencias, pero estamos avanzando en las investigaciones. Esta investigación la tiene el CTI”, dijo el coronel José Miranda, subcomandante de la Policía de Medellín.
Amigos del sacerdote revelaron que era aficionado al fútbol y el día de su muerte estaba viendo un partido.
“Lo que se ha comentado es que fue una sobredosis de escopolamina. Él fue a ver el partido de Colombia - Paraguay sub-20 y que, de un momento a otro, una persona extraña estaba con él, la persona sale y él queda solo. En ese momento cuando el dueño del establecimiento ve que estaba en la mesa, lo sacan y llaman a la Policía y ven que no tiene signos vitales”, manifestó Daniel Muñoz Sierra, sacerdote.
El padre Javier Eduardo González tenía previsto viajar próximamente a Cartagena para cumplir misiones religiosas con poblaciones vulnerables.
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Además de trabajar como formador del Seminario Misionero San José, colaboraba en la Parroquia Jesús de la Buena Esperanza del barrio Belén Rosales, donde se llevó a cabo la eucaristía por el sepelio del religioso.