En precarias condiciones se encuentra el sistema de salud en Buenaventura. Pacientes con síntomas de COVID-19 tienen que ser atendidos en el piso, pues no hay camas para un adecuado servicio médico.
“Estuvimos como una hora esperando que nos atendieran, mi mamá estaba pidiendo ayuda porque tenía la dificultad respiratoria, sentada. Hay muchos pacientes que están recibiendo oxígeno sentados, incómodos, en sillas Rimax. Hay pacientes que están en el piso, a mi mamá me tocó que tenerla en el piso, tuve que conseguirme una colchoneta”, dijo Michelle Palacios, hija de paciente con coronavirus.
Los familiares de los enfermos viven también las angustiosas horas de espera en un sistema de salud que colapsó.
“Lo único que se le ha administrado a mi mamá hasta el momento es dexametasona y omeprazol, porque no come, pero antibióticos para atacar el virus hasta el momento no, porque se está esperando al internista”, anotó Michelle.
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Ante la situación, José Luis Bernal, personero delegado, visitó los centros de salud del puerto vallecaucano.
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“Es una situación que nos preocupa, teniendo en consideración que este pico, en el caso particular de Buenaventura, se ha disparado. De allí la necesidad de que se tomen todas las medidas”, dijo.
Buenaventura cuenta con 33 unidades de cuidados intensivos y 22 de cuidados intermedios, pero el COVID-19 se ha desbordado tanto en el puerto que ya no se tiene capacidad para recibir más pacientes críticos con el virus.
“Estamos haciendo lo correspondiente diciéndole a la comunidad que, primeramente, mantengamos el autocuidado y, segundo, la administración pueda habilitar más camas”, afirmó Edwin Janes Patiño, personero distrital de Buenaventura.
La clínica Santa Sofía y el hospital Luis Ablanque de la Plata no solo atienden a los 500.000 habitantes de Buenaventura, sino también a más de 1.200.000 de la costa Pacífica colombiana.
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