En Norte de Santander, asociaciones de víctimas del conflicto y defensores de derechos humanos están con grandes expectativas frente a los diálogos entre el Gobierno y las disidencias de las FARC que se llevan a cabo en Tibú.
En el Catatumbo, una zona golpeada por el conflicto armado durante años, vislumbra una esperanza en los habitantes de la región.
“Lo estábamos solicitando a gritos. Este municipio ha sido golpeado por la violencia, las comunidades estamos cansadas de tanta violencia, de tanta guerra absurda que ha dañado nuestro país, nuestros jóvenes. Ya es hora de que pongan un cese, un pare a tanta guerra”, expresó Leidy Mora, coordinadora de la Mesa de Víctimas de Tibú.
Habitantes afirman que están cansados de vivir en medio de la guerra que ha dejado muchos muertos en su territorio.
“Las madres del Catatumbo y madres de víctimas, familias enlutadas, donde la guerra no es de nosotros. No tenemos que estar pagando los platos rotos y, en medio de tanta violencia, tanta desolación y tristeza”, agregó Mora.
La expectativa por los diálogos la tienen todos. Por eso, los defensores de derechos humanos apoyan esta mesa de diálogos y esperan cambios para esta zona de Colombia.
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“Todo lo que tenga que ver con la paz, que permitan acabar con un conflicto de años, hay que apoyarlo hoy. El clamor nacional es seguir por la vía política”, señaló Enrique Pertuz, presidente del Comité Departamental de Paz.
El conflicto armado, especialmente en el Catatumbo, siempre ha sido latente en donde no solo la fuerza pública se ha visto afectada, sino que la población civil ha quedado en medio del fuego que no los deja vivir en paz.
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Por otra parte, el comandante de las Fuerzas Militares ordenó el acuartelamiento de primer grado en la Armada, la Fuerza Aeroespacial y el Ejército Nacional.
Frente a la medida de máxima disposición de las tropas en todo el territorio, gobernadores piden que no se suspenda, independientemente de los acuerdos a los que se lleguen en la mesa de diálogo.
Pero también hay opiniones divididas frente al cese al fuego. Por un lado, aseguran que esta medida genera más violencia y expansión de las estructuras guerrilleras, mientras otros dicen ‘sí al cese al fuego, pero con mecanismo de verificación contundente y no afectación a la población civil’.