En el histórico municipio de Vetas, en donde se ejerce la minería ancestral, los más de 2.000 mineros podrán seguir practicando esta actividad de bajo impacto al no quedar delimitados en la zona de protección del páramo Santurbán.
“Sin mercurio y sin cianuro. Esta empresa se caracteriza por haber eliminado el mercurio hace más de diez años”, explica Israel Arias, uno de los mineros tradicionales.
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Don Israel hace parte de la tercera generación de su familia de mineros que ejercen esta actividad de forma artesanal y que estaban en riesgo de desaparecer por la delimitación del páramo Santurbán.
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“Nosotros a los cinco años acá aprendemos a hacer minería de la mano de nuestros padres. Vamos y nos preparamos y estudiamos y volvemos a la tierra a aportarle a la región”, agrega.
En Vetas hay unas dos mil personas dedicadas a la minería, lo que representa al 90% de la población. Luego de dos años de concertaciones entre las comunidades y el Gobierno nacional se concertó que esta actividad seguirá ejerciéndose en una fracción del municipio, que quedó por fuera de la zona de protección de Santurbán.
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“Entregamos al 70% del territorio a conservarse y en ese 30% pues vamos a adelantar las actividades cotidianas, entre ellas la minería, que se ubica en el 6%”, asegura Hernán Bautista, alcalde del municipio de Vetas.
El acuerdo da alivio a los mineros.
“Nosotros somos vecinos del páramo Santurbán y vamos a seguir cuidándolo como lo hemos hecho durante 466 años”, dice uno de los habitantes.
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Con la nueva delimitación del páramo, 200 familias que ejercen actividades en Santurbán tendrán que iniciar un proceso de reconversión laboral.