Millones de metros cúbicos de agua del río Suratá entran a una de las plantas de potabilización del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga. No obstante, este afluente está en la mira de las autoridades, pues ha registrado altos niveles de mercurio no reportados desde hace 20 años.
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“Está por el orden de los 100 µg por litro, esto es muy por encima de cualquier nivel que puedan ingresar al proceso de potabilización. Lo que nosotros hicimos fue cerrar la captación para impedir que esta agua entrara al proceso de potabilización”, declaró Hernán Clavijo, gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga.
La entidad aclaró que el líquido que llega a los hogares de más de 300.000 usuarios está libre de este metal pesado.
“A través de un proceso de floculación. Este proceso básicamente lo que hace es agregar unos químicos al agua y hacer unos coágulos de material particulado de los contaminantes que se van al fondo por su peso y que permiten que el agua limpia pase por encima sin estar contaminada”, explicó Hernán Clavijo.
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Sin embargo, los agricultores de la zona toman el líquido directamente del río.
“Aquí en esa zona se utiliza para las huertas y para los animales... A los que vivimos aquí nos preocupa bastante”, expresó María Villabona, agricultora.
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Las actividades de minería ilegal en cercanías al páramo de Santurbán estarían contaminando el afluente.
“Esa contaminación está siendo generada por la extracción ilegal de oro porque están utilizando cianuro y mercurio, pero los responsables no ejercen ningún control ambiental”, indicó el veedor ciudadano Ramiro Vázquez.
La planta Bosconia, que capta el agua del río Suratá, llega a abastecer hasta el 43% de los usuarios del acueducto de Bucaramanga cuando se registran descensos en los caudales de los ríos Frío y Tona.
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