Uno de los presuntos asesinos del sacerdote Ramón Montejo Peinado, a quien le quitaron la vida en Ocaña, Norte de Santander, por hurtarle la camioneta, fue capturado horas después del vil crimen cometido en un parqueadero ubicado en el barrio Jesús Cautivo.
Freddy Arengas, secretario de Gobierno de Ocaña, reveló que "se escucharon algunos gritos al interior de un parqueadero; inmediatamente salió una camioneta a toda velocidad de este sector”.
“Cuando se llega al lugar, el sacerdote había sido herido, tenía dos heridas con arma blanca en la espalda, y al pretender impedir tal vez el robo del vehículo fue arrollado”, agregó el funcionario.
En un rápido operativo, la Policía de Ocaña recuperó el vehículo hurtado y capturó a un presunto responsable del hecho.
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El secretario Arengas detalló que el señalado criminal "tenía las manos llenas de sangre".
Así recuerdan al sacerdote Ramón Montejo Peinado
El religioso, de 45 años, participó en varias liberaciones de secuestrados en el Catatumbo.
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El presbítero Guillermo Jesús García, de la diócesis de Ocaña, afirmó que Ramón Montejo Peinado era "un sacerdote joven que prestaba el servicio pastoral en la parroquia de Buenavista. Hace tiempo fui a montar bicicleta y maravilloso escuchar de una comunidad, una familia, que estaba agradecida con el padre por su amor a las familias, a los campesinos".
Monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona y administrador apostólico de la Diócesis de Ocaña, condenó la violencia irracional que "cobró la vida de un sacerdote dedicado a promover la paz y el amor" y expresó su profundo dolor tras el asesinato del padre.