La lucha de la comunidad Kogui está dando frutos. Mediante un fallo emitido por el Tribunal de Restitución de Tierras en Cartagena se ordenó restituir sus derechos sobre 1.636 hectáreas de territorio alrededor de su resguardo, de las cuales habían sido despojados hace años.
- Le recomendamos: Agencia de Desarrollo Rural explica su titánica labor: “Hay un potencial gigantesco en el campo”
Ada Patricia Lallemand, magistrada del Tribunal Superior de Cartagena, comenta que la reivindicación de derechos debería ser algo “normal y cotidiano”, especialmente si hablamos de las víctimas del conflicto y las poblaciones indígenas, con los cuales el Estado tiene una deuda histórica.
Arregocés Conchacala, miembro del cabildo mayor Kogui, expresa que el pueblo indígena sin su territorio no es nada, pues allí es donde está su diversidad, sitios sagrados, prácticas de medicina tradicional y en sí, la gobernanza propia de su comunidad.
“El territorio es como la casa grande (...) Yo creo que simplemente estamos como recuperando el espacio, es seguir ejerciendo lo que nos corresponde hacer”, indica Conchacala.
Llamenand destaca que estas restituciones no son regalos, sino que es “el reconocimiento de unos derechos que tenían muchos años en espera”.
Publicidad
Jhenifer Mojica, ministra de Agricultura, resalta que los Kogui, además de poseer una tradición recolectora y cazadora, también tienes arraigadas prácticas de cultivo, por lo cual la toma ilegal de sus territorios y el turismo irresponsable ha afectado su modo de vida.
La tierra que les será devuelta abarca parte de la llamada “Línea Negra”, espacio en el cual se encuentran los lugares más sagrados de la Sierra Nevada de Santa Marta, la cual hoy se ve cercada por alambres de puas.
Publicidad
En esta situación los Koguis no han estado solos. En predios aledaños se asentaron 34 familias víctimas del conflicto, a quienes en 2005 el Incoder, hoy conocido como Agencia Nacional de Tierras, les adjudicó estas fincas para rehacer su vida.
“Cuando yo recibí la noticia del fallo, quedé en el aire. Yo le doy gracias a Dios porque si eso le pertenece es a ellos, nosotros tampoco podemos pelear contra la corriente”, sostiene Oneida, una de las campesinas de la zona afectada.
La ministra explica que la sentencia ordena compensar y pagar mejoras a estas familias afectadas que llevan 19 años teniendo ese territorio como hogar.
Alrededor de la casa grande, la comunidad indígena recibió al Estado y a las autoridades para comenzar un nuevo capítulo que marca el ejemplo de acciones consolidadoras de paz.
Publicidad
Arregocés afirma que el daño a su comunidad ha sido inmenso, pero que se mantendrán en pie de lucha para reclamar sus derechos.
- Puede interesarle: ¿Quién es Jhenifer Mojica Flórez, nueva ministra de Agricultura?