El puente de Bogotá ubicado en la carrera 30 con calle 13, en la localidad de Puente Aranda, se ha vuelto el terror de los biciusuarios, pues los ladrones están a la caza todos los días, de 8 a 10 de la noche. A gritos, los vecinos del sector intentan ahuyentar a los criminales, que hurtan hasta 8 bicicletas diarias.
“¡Corra, ayúdenla!”, se escucha desde la ventana de uno de los edificios que está junto al puente de Bogotá, mientras un sujeto trata de arrebatarle su medio de transporte a una joven.
“Ella intentó huir en la bicicleta pero no pudo, el man se le fue con un cuchillo, una cosa impresionante, como mi antebrazo de grande”, comentó una testigo sobre uno de los robos diarios en el sector.
“Atacan al que pase”, sostiene.
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Otro vecino manifiesta que la banda de delincuentes que se la pasa en ese puente de Bogotá “tiene sus famosos campaneros, entonces en cada esquina se chiflan o tocan pitos para alertarse si hay mucho policía o mucha gente por la zona”.
Una de las mujeres que ha intentado proteger a los biciusuarios sostiene que “nos toca gritar, a veces funciona, a veces no, sobre todo cuando es al otro lado, cuando es sentido sur-norte, porque hasta allá no se escuchan los gritos”.
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Sin embargo, reconoce que ya les “da miedo, son muchos, ya están como mirando hacia acá, estamos muy preocupados por nuestra seguridad”.
Los ciclistas que saben del peligro en ese puente de Bogotá prefieren transitar por la vía de los carros en lugar de usar la ciclorruta.