El corregimiento de Boraudo, en Lloró, quedó devastado tras el desbordamiento del río Atrato, que dejó cientos de familias damnificadas.
De la casa de don José Blandón solo quedó el piso.
“Me tocó muy duro porque salí a dejar la familia y cuando regresé hallé la casa totalmente fuera del lugar donde era”, relató entre lágrimas.
A pocos metros de allí esta Melquicedec Cuesta, que tenía listas dos toneladas de arroz para vender.
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“Yo cosecho arroz, borojó, plátano, todo se perdió, imagínese, este arroz ya no sirve, ya está pullado, ya no sirve para comer”, lamentó.
Damaris Mosquera dice que los pobladores están hartos de las promesas.
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“Vienen y nos dicen que nos van a reubicar y no pasa nada. Mire no más anoche, estábamos esperando una avalancha porque nos avisaron del Carmen del Atrato que el río venía muy grande”, sostuvo.
Pero la solidaridad no se ha hecho esperar y los empleados de la Caja de Compensación del Chocó donaron un día de su salario, recolectando 30 millones de pesos, con los que compraron 365 kits para las familias damnificadas.
“También hicimos una donación de utensilios, de ropa, de víveres, adicional al día de salario, para traer más cosas a esta población, juguetes, ropa para los niños”, detalló Leddy Blandón Casas, asesora de dirección de Comfachocó.
Según el censo de la Alcaldía de Lloró, por lo menos 715 familias resultaron damnificadas.
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