Un ingeniero industrial y su socio recibieron una oferta laboral para trabajar en el municipio de Tocancipá, en Cundinamarca . Sin embargo, todo fue un plan para secuestrarlos y exigirles dinero a sus familias.
Según una de las víctimas, los bandidos se hicieron pasar por guerrilleros. Sin embargo, las autoridades confirmaron que se trataba de delincuencia común.
El Ojo de la Noche escuchó el testimonio de uno de los secuestrados: “Tres personas que logramos ver nos llevaron a un monte, difícil saber dónde porque era bastante lejos. Nos intimidaban con los hijos, nos encañonaron, nos preguntaban cosas familiares y con eso quiebran a cualquier persona”.
Los captores pedían 80 millones para dejarlos libres. “La familia empezó a recibir llamadas, videos, audios, chats en los que les exigían 40 millones por cada uno de los secuestrados”, detalló el coronel Javier Augusto Lozano, comandante del Gaula militar de Cundinamarca.
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El ingeniero y su socio lograron escapar, pues dicen que después de un rato se percataron que los sujetos habían desaparecido, aparentemente por la presión de las autoridades.
Consiguieron zafarse de las cuerdas con las que los tenían amarrados y, después de caminar por la zona boscosa, llegaron a una finca donde los ayudaron.
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Al final, lograron volver a casa sanos y salvos.