En el evento El mundo pide paz, los primeros en hablar fueron los negociadores del acuerdo de paz en La Habana. “Para perfeccionar lo logrado, para impulsar lo que se ha quedado en el congelador y para comprender incluso las diferencias que subsisten, la ceguera no es buena guía, tampoco la miopía selectiva, reconocer los obstáculos es el primer paso para superarlos”, dijo Humberto de la Calle.
Por su parte, Rodrigo Londoño, Timochenko, aseguró que quienes dejaron las armas vienen cumpliendo con su parte del acuerdo: “hemos reconocido y seguiremos reconociendo la realización de hechos, que a la luz del Derecho Internacional constituyen graves violaciones de los derechos humanos, asumiendo su terrible significado y explicando, cuando es posible hacerlo, el contexto en el que se presentaron. No vacilamos en pedir perdón a las víctimas y el mundo por todo ello”.
El expresidente Juan Manuel Santos aseguró que el acuerdo de paz con las FARC está blindado: "por supuesto que hay problemas y yo diría que el problema principal es el asesinato de los líderes sociales, el asesinato de antiguos miembros de las FARC, pero el acuerdo también tiene unos instrumentos para poder resolver esos problemas, está la Comisión Nacional de Garantías, que se supone que debe ser presidida por el propio presidente de la República".
Desde la ONU hablaron de la importancia de avanzar en lo que se firmó. Carlos Ruiz Massieu, representante del secretario general, manifestó que se debe velar para que “las víctimas, además de satisfacer sus derechos, puedan tener mejores oportunidades económicas o que participen en política o que la presencia integral del estado sea la mejor estrategia para la no repetición”.
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A la conferencia también invitaron a líderes sociales y la presidenta de la JEP, Patricia Linares. Sin embargo, las víctimas no fueron invitadas, lo que generó polémica.
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