La población de niños, niñas y adolescentes se encuentra en la mira de las autoridades nacionales y locales debido al alarmante aumento de casos de vulneración de derechos, especialmente en entornos escolares en los que se incluye el consumo de sustancias.
En Bogotá los reportes superan los 78.000 casos, con un 50% relacionado con accidentes dentro de las instituciones educativas y el otro 50% vinculado a abusos y violencias físicas y sexuales, así como conductas suicidas y el consumo de sustancias psicoactivas. Este último aspecto preocupa especialmente a las autoridades, ya que cada vez son más los niños que consumen marihuana, utilizan vapeadores e incluso cocaína.
Durante el primer semestre de este año, los reportes de vulneración de derechos de niños y adolescentes entre 12 y 17 años han aumentado 12.478 casos en comparación con el año anterior.
Luz Karime Abadía, decana de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Javeriana, afirmó: “Lo que nos muestra es que en Colombia muchos niños, niñas y adolescentes están en condición de vulnerabilidad, están a la deriva y desafortunadamente no estamos brindándoles la protección que necesitan”.
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Se han vulnerado los derechos de los menores
Entre las agresiones que enfrentan los estudiantes, la violencia física y sexual continúa ocupando el primer lugar con 13.858 casos. Estas situaciones se manifiestan en los colegios a través de golpes, amenazas, agresiones con armas blancas y delitos informáticos. Además, los problemas de salud mental se han vuelto cada vez más evidentes, registrándose 4.539 casos de conductas suicidas. El consumo de sustancias psicoactivas también se ha hecho presente, siendo un fenómeno común en la entrada y salida de los colegios.
De acuerdo con las autoridades escolares, 3.144 estudiantes desde los 12 años están consumiendo algún tipo de sustancia, con la marihuana como la más común, seguida del alcohol, vapeadores, éxtasis y cocaína.
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Andrés Gutiérrez, psicólogo clínico y experto en fenómenos sociales, señaló que “estamos viendo cómo niños y niñas les cuesta más trabajo desarrollarse en ciertas tareas, procesos de concentración y funciones básicas del cerebro que tienen que ver con el aprendizaje y el razonamiento”.
Las alarmas han sido encendidas por el Observatorio de Convivencia Escolar de la Secretaría de Educación Distrital, que busca implementar medidas urgentes ante esta situación. Edwin Ussa, jefe de la Oficina para la Convivencia Escolar de la Secretaría de Educación del Distrito, enfatizó que “por primera vez estamos haciendo esto de manera profunda precisamente para identificar dónde está el daño. Nos preocupa y enormemente tenemos que trabajar con las familias, llegar a las escuelas, hablar con los jóvenes, buscar sanciones y, sobre todo, prevención”.
El desafío es grande y requiere la articulación de esfuerzos entre autoridades, instituciones educativas y familias. Si usted conoce algún caso de vulneración de derechos, puede denunciarlo a través de las líneas 123 o 122, o directamente en los canales de las secretarías de educación. La protección de los menores depende de la acción colectiva y la conciencia sobre esta problemática creciente.
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