El esmeraldero Juan Sebastián Aguilar, conocido como Pedro Aguilar o Pedro Pechuga, fue asesinado por un francotirador en la noche del miércoles 7 de agosto de 2024 en Usaquén, al norte de Bogotá. Oriundo de Chiquinquirá, Boyacá, Aguilar comenzó su carrera en el negocio de las esmeraldas como guardaespaldas de Víctor Carranza, una prominente figura en el sector durante las conocidas ‘guerras verdes’.
Tras la muerte de Carranza en abril de 2013, Aguilar utilizó su experiencia para fundar Seguridad Oriental, una empresa que proporcionaba servicios de vigilancia a Esmeraldas Mining Services y Colombian Shared Services, conocidas como Compañías Muzo Colombia.
Pedro Pechuga, a sus 58 años, fue una figura prominente en el sector de las esmeraldas en Colombia. Con una carrera que comenzó al servicio de Víctor Carranza, se consolidó como un experto en seguridad, fundando su propia empresa, Seguridad Oriental.
Esta compañía no solo protegía a otros esmeralderos y minas, sino que también gestionaba la seguridad para varias instituciones públicas. Su asesinato ha generado una gran conmoción en el gremio esmeraldero, que clama por justicia y refuerzos en las medidas de seguridad para prevenir futuros ataques.
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Fedesmeraldas expresó su profunda indignación por su muerte, condenando el acto violento y pidiendo una investigación exhaustiva. “Este lamentable hecho atenta no solo contra la vida de un ser humano, sino también contra los valores de seguridad, paz y respeto que defendemos como gremio”, declaró la organización.
Fedesmeraldas también hizo un llamado a las autoridades para reforzar la seguridad en el sector esmeraldero y proteger a los colombianos de la violencia.
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La relación del esmeraldero con los Carranza
Petrit Baquero, autor del libro La nueva guerra verde e investigador de la Comisión de la Verdad, afirmó en una entrevista con Blu Radio que “Pedro Pechuga estaba estrechamente relacionado con el entorno de las esmeraldas. Luego de la muerte de Carranza, Pechuga se convirtió en el sucesor, por decirlo de alguna manera, de los Carranza, y empezó a involucrarse con ellos, convirtiéndose en un actor emergente en el sector esmeraldero”. Además, Baquero deja la pregunta abierta si el asesinato se habría cometido a causa del poder territorial de los esmeralderos.
Además, Baquero destacó la relevancia de la empresa de Aguilar, Esmeraldas Santa Rosa, señalando que “la empresa tenía una presencia significativa en diversas concesiones esmeralderas y había realizado negocios millonarios, especialmente con la llegada de capital extranjero a la región.”
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