El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, advirtió que se puso en marcha un plan para que la capital tenga otras fuentes de abastecimiento de agua potable, distintas al sistema Chingaza. La planta Tibitoc será fundamental en este proceso.
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Dramática situación por falta de agua en los embalses
Las imágenes captadas hace 48 horas en el embalse de Chuza, uno de los dos de los que provee agua a Bogotá, dan cuenta de la dramática situación por la falta del líquido.
Ya son 3 semanas en las que el nivel del sistema Chingaza, es decir, el promedio de los embalses de Chuza y San Rafael, va en descenso, esto por cuenta de la falta de lluvias y el alto consumo de agua en Bogotá.
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El consumo de agua, especialmente en los hogares, alcanzó niveles cercanos a cuando la capital no tenía racionamiento. Algunos ciudadanos señalan que hace falta mayor esfuerzo y compromiso. Una habitante comentó que con "ese tema de ahorro progresivo casi todos los días siento que hace que la gente consuma más cuando llega el agua otra vez".
Para la doctora en oceanografía Andrea Devis, el Distrito se aceleró en modificar el racionamiento diario a cada tercer día: “Las medidas se relajaron en un momento donde apenas estaban empezando a mejorar las cosas y lo cual fue inadecuado. Estamos viendo que el sector no residencial, industria y comercio están consumiendo una gran cantidad de agua".
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Aunque el Distrito, por ahora, no es partidario de endurecer las medidas, puso en marcha un plan de contingencia que consiste en ampliar la capacidad de tratamiento de agua de la planta Tibitoc con los embalses del agregado norte, es decir Neusa, Sisga y Tominé, para quitarle presión al sistema Chingaza, que históricamente abastecía el 70% del agua de la capital del país.
El alcalde Galán dijo: "Bogotá, históricamente, se abastece de agua del agregado sur, Chingaza, y norte. El 70% era de Chingaza y hoy estamos trayendo menos del 60%. El problema del que habla el Gobierno es en Chingaza y ahí hemos bajado".
El Distrito espera que en cuatro meses la mitad del agua de la que se abastece la ciudad ya no provenga del sistema Chingaza. Para Galán, "la meta es que de aquí a diciembre podamos llegar al 50% del agua, traerla de Tibitoc, lo que implica reducción en la presión de Chingaza".
Expertos insisten en que es necesario tomar medidas más estrictas en cuanto al consumo, no solo residencial, sino industrial, y que, más allá de las restricciones, es vital ahorrar agua voluntariamente para evitar un desabastecimiento más grave en la ciudad.
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