Un periodista de Caracol Ahora se puso en los zapatos de los campesinos cultivadores de cebolla en Boyacá, una labor que ayuda con la alimentación de millones de personas en Colombia.
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Julián Torres, de Caracol Ahora, llegó a Aquitania, uno de los municipios más altos de Colombia, que se encuentra a 3.030 metros sobre el nivel del mar. Es un lugar muy católico y consagrado al Señor de los Milagros.
La economía de Aquitania, Boyacá, gira en torno al sector agropecuario y, además del cultivo de la cebolla, en el municipio se produce maíz, papa y arveja.
Duván Espinel, cultivador de cebolla, dice que la primera labor que se hace es arrancar la cebolla. Antes de comenzar con sus actividades, los trabajadores deben tener la ropa adecuada, ya que en este trabajo “uno se ensucia fácilmente”.
Duván explica que lo primero es cavar a los lados de la mata y no al centro, para no destrozarla con el azadón. Se busca la raíz y, cuando se encuentra, se procede a arrancar de la tierra.
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Un cultivador gana en promedio 5.000 pesos por cada paquete de cebollas que arranca de la tierra y junta en rollos de 30 kilos. A los trabajadores se les paga antes de iniciar su labor del día.
“Una vez arrancamos las cebollas, los seleccionamos. Los mejores gajos los dejamos en la parte de arriba para la muestra”, dice el cultivador de cebolla en diálogo con Caracol Ahora.
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Con una hoja de periódico puesta en una canasta los trabajadores arman un paquete de cebollas de 30 kilos.
Explica Duván que generalmente cargan de a dos rollos, pero que hay personas que pueden alzar 3 o hasta 4 en un solo viaje hasta el camión, un total de 120 kilos.
“Cuando se acaba de laburar, a cada trabajador se le dan dos cervezas”, asegura Duván.
Luego de arrancar la cebolla, seleccionarla y limpiarla, la siguiente labor es amarrar los paquetes con una pita.
Después de todo este procedimiento, lo último que se hace durante el día laboral es llevar la mercancía al camión de carga. “La idea es tener fuerza y sacar valor de donde uno no lo tiene”, dice una de las trabajadoras de la finca.
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Duván describe su labor como “un arte”, y le envía un mensaje a todas las personas que desconocen todo el trabajo que realizan los campesinos colombianos: “Valoremos mucho el campo. Aquí nos damos de cuenta de todo el procedimiento que lleva esto. Apreciemos la comida y el trabajo de los campesinos”.
En el procedimiento de cargar el vehículo que llevará la cebolla para comercializarla los campesinos se llevan encima varios paquetes para llenar la camioneta.
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El periodista de Caracol Ahora Julián Torres se puso en los zapatos del cultivador de cebolla y cargó hasta 90 kilos. “Qué bueno haber hecho su rol como campesino”, reflexionó.
Finalmente, Duván invita a todos los colombianos a ir a Aquitania, Boyacá, donde encontrarán actividades como pasear en lancha por la laguna de Tota y comerse "una buena trucha".