⁠¿Qué significa quemar el año viejo en la noche del 31 de diciembre?

En la aproximación al fin de año es común observar diversos rituales en hogares que buscan celebrar de manera especial el 31 de diciembre. Entre estos se encuentran costumbres como consumir las 12 uvas, llevar lentejas en los bolsillos, correr alrededor de la manzana con una maleta y quemar el muñeco denominado como año viejo.

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Este último se destaca como una tradición vista en varios pueblos de Colombia, convirtiéndose en una práctica ineludible al cerrar cada ciclo anual.

El muñeco conocido como año viejo se confecciona típicamente con trapos y alcanza el tamaño real de una persona. Siendo así, su relleno consiste en periódicos, telas o paja, junto con prendas viejas que ya no son utilizadas.

Una vez completada la figura, se coloca en algún sitio con la apariencia de una persona o personaje específico, dando paso a la representación simbólica del año que se va.

La culminación de esta tradición tiene lugar a la medianoche, cuando se prende fuego al muñeco. Este acto simboliza el deseo de dejar atrás todo lo negativo experimentado durante el año que concluye, al tiempo que se da la bienvenida a las nuevas oportunidades que se presentarán en el año venidero.

Origen de la creación del año viejo

La tradición del muñeco año viejo tiene sus raíces en Ecuador, como señaló el profesor de estudios latinoamericanos y andinos de la Universidad de New York, Odi Gonzales, en una entrevista con el New York Times.

Según Gonzales, la construcción y quema de estos muñecos se originó como una práctica surgida durante la colonización española.

La historia de esta festividad se remonta a la antigüedad, específicamente a los siglos VI y V a.C., en la Grecia Clásica, donde en aquel entonces, se creía que los reyes debían ser incinerados al finalizar sus mandatos, dando lugar a una fiesta de fuego.

Sin embargo, con el tiempo, esta costumbre evolucionó, sustituyendo la quema directa de los monarcas por una representación simbólica, según informa la Radio Nacional de Colombia.

Aunque la tradición del muñeco año viejo ha trascendido a varios países latinoamericanos, ha adquirido una relevancia especial en Ecuador. Con el paso del tiempo, este ritual ha evolucionado con la modernidad, transformándose en un símbolo cultural de purificación y renovación para el año nuevo.

Este simbolismo cultural se ha arraigado en la población ecuatoriana, convirtiendo la construcción y quema de estos muñecos en una expresión significativa de preparación para las oportunidades que el nuevo año puede traer consigo.

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Tradición del año viejo

Cada 31 de diciembre, a las doce en punto de la medianoche, las personas proceden a quemar los muñecos de trapo que han confeccionado, marcando así el cierre simbólico del año que termina.

Este acto se realiza con el propósito de alejar las malas energías experimentadas durante el año y dar paso a las nuevas oportunidades y suerte que el próximo año pueda traer consigo.

Algunas personas optan por vestir a sus muñecos año viejo con atuendos que representan a personajes famosos o figuras políticas y con un toque de humor. A menudo se añade una botella de licor para darle un toque de originalidad a la representación.

Antes de prender fuego al personaje, se lleva a cabo la lectura del "testamento", donde se hace un recuento de los eventos del año y se ofrecen recomendaciones para los "haberes" y "teneres".

Es importante destacar que los muñecos de trapo utilizados en este ritual se rellenan únicamente con paja y trapos, ya que no es permitido el uso de pólvora.

El uso de pólvora o elementos pirotécnicos está prohibido por la ley 2224 de 2022, que regula todas las actividades relacionadas con la pólvora y productos pirotécnicos en Colombia. Esta ley ha sido reglamentada por decreto y establece multas significativas para aquellos que incumplan sus disposiciones.

Según la ley, las multas para quienes importen, compren, vendan o manipulen pólvora de manera indebida en Colombia pueden ascender hasta 300 salarios mínimos legales vigentes.

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