En un mundo donde el transporte aéreo se ha vuelto fundamental para la conectividad global, existe un grupo de cinco países europeos que no cuentan con un aeropuerto propio en todo su territorio, lo que significa que tanto sus residentes como los visitantes deben recurrir a medios de transporte alternativos para llegar a ellos.
¿Cuáles son los países que no cuentan con aeropuerto?
Andorra
Andorra se encuentra en el corazón de los Pirineos, entre España y Francia. Con una superficie de aproximadamente 468 kilómetros cuadrados, es uno de los países más pequeños de Europa. Alrededor de 85.000 personas habitan en este pequeño principado.
Ciudad del Vaticano
Situada en la ciudad de Roma, Italia, con solo 0.44 kilómetros cuadrados, es el país más pequeño del mundo en términos de área. Tiene una población de alrededor de 800 habitantes, en su mayoría clérigos y funcionarios.
Liechtenstein
Liechtenstein está situado entre Austria y Suiza, en los Alpes, con una superficie de aproximadamente 160 kilómetros cuadrados, es uno de los países más pequeños del mundo. Cuenta con alrededor de 39.000 personas viven en este pequeño principado.
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Mónaco
Mónaco se encuentra en la costa mediterránea, rodeado por Francia. Cuenta con solo 2 kilómetros cuadrados, es el segundo país más pequeño del mundo con cerca de 40.000 personas residen en este principado.
San Marino
Se encuentra en el norte de Italia, cerca de la ciudad de Rimini. Con aproximadamente 61 kilómetros cuadrados, es uno de los países más pequeños de Europa; alrededor de 33.000 personas habitan en esta república.
¿Cómo llegar a los países que no tienen aeropuerto?
Para acceder a estos países sin aeropuerto, las opciones de viaje varían según la ubicación y la infraestructura de los países vecinos. En el caso de Andorra, Liechtenstein y San Marino, la entrada principal se realiza por tierra a través de España, Austria e Italia, respectivamente. Los viajeros pueden optar por tomar autobuses, trenes o vehículos privados para llegar a su destino final.
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Mónaco, por otro lado, está rodeado por Francia y tiene la particularidad de contar con un helipuerto, lo que permite conexiones aéreas más exclusivas, aunque limitadas en comparación con un aeropuerto convencional.
Un caso especial es el de la Ciudad del Vaticano, cuya extensión de apenas 0,44 kilómetros cuadrados la sitúa dentro de la ciudad de Roma, Italia. Aunque carece de un aeropuerto propio, su proximidad a la infraestructura italiana facilita el acceso por tierra, e incluso cuenta con una estación de tren dentro de sus murallas.
Cada uno de estos cinco destinos tiene sus propios encantos y atractivos turísticos. Andorra fascina con sus impresionantes paisajes montañosos, mientras que Liechtenstein cautiva con sus imponentes castillos medievales. Mónaco deslumbra con su lujo y sus famosos casinos, y San Marino enamora con sus encantadores pueblos históricos. Por último, la Ciudad del Vaticano impresiona con su inmensa riqueza cultural y religiosa, atrayendo a millones de visitantes cada año.
A pesar de las limitaciones que implica la falta de aeropuertos, estos países han logrado convertir esta situación en una ventaja, ofreciendo una experiencia turística única y memorable para aquellos que deciden explorarlos.