Un paciente con una enfermedad distinta al coronavirus suele permanecer de 3 a 7 días en cuidados intensivos, pero con la pandemia la estancia en estas unidades se ha duplicado “de 12 a 14 días, y otros 6 a 10 días en la sala de hospitalización”, explica Fabio Varón, director de la UCI de la Fundación Cardioinfantil.
Incluso, en algunos casos, pacientes críticos de COVID-19 pueden estar hasta 100 días hospitalizados.
“Eso lleva a que la limitación en el número de camas o en la capacidad instalada se vea impactada de manera diferente. Esta es una razón más para que incrementemos las medidas de prevención con el objetivo de evitar la infección”, pide el galeno.
Además, hay pacientes que están con ventilación mecánica fuera de las UCI, en pasillos.
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Por eso, los hospitales dividieron estas unidades en COVID y no COVID.
Si no logra reducirse la velocidad de propagación de la pandemia, los pacientes van a empezar a ocupar las salas no COVID y se verá afectada la atención de otras enfermedades, por lo que el daño colateral puede ser mayor de lo imaginado, pues no solo aumentará la mortalidad por el coronavirus, también por otras patologías críticas.
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El doctor Varón insiste en “lavarnos las manos, usar el tapabocas de manera rigurosa y mantener el distanciamiento físico”.
“Eso evitará que se incremente el número de pacientes en los servicios de urgencias y hospitalización y, por tanto, en las unidades de cuidado intensivo”, agrega