La protagonista de esta historia es Lisa Monk, una mujer de 39 años que debió acudir al médico luego de padecer fuertes dolores de estómago.
De acuerdo con el medio Daily Mail, los médicos le detectaron dos cálculos renales y una masa en el bazo.
Para salvar su vida, en enero de 2023, fue sometida a una cirugía para extirpar el bulto, pero recibió una noticia inesperada, esto luego de que cuatro laboratorios analizaron la masa.
Le informaron que era una “forma rara y terminal” de cáncer llamado angiosarcoma de células claras.
De acuerdo con American Cancer Society, este es un tipo de “cáncer infrecuente que a menudo se origina en los tendones de los brazos o piernas”.
“Me dijeron que lo más optimista que podían decir era que me quedaban 15 meses de vida”, contó la mujer al medio The Mirror.
Tras empezar su primera ronda de quimioterapia, en marzo de 2023, decidió “escribir cartas a los nietos que nunca conocería y a las bodas a las que nunca asistiría”.
En medio de una cita de rutina, en abril de 2023, los médicos le informaron que “nunca había tenido cáncer” y que “todo había sido un error”. Además, según relató, los doctores “me felicitaron, pero me enojé mucho. Estaba en shock”.
Ella no entendió los términos médicos que utilizaron los doctores para explicarle el porqué de la “confusión”, así que leyó una copia del informe de patología y descubrió que el hospital conocía desde marzo que no tenía cáncer.
“Arruinaron mi salud y lamento que mis hijos hayan tenido que pasar por algo como esto”, recalcó Lisa.
“Al final determinaron que mi bazo se iba a romper, por eso tenía la masa. Era solo actividad de los vasos sanguíneos y no había cáncer en ellos”, dijo.
Aunque ya ha pasado un año de la terrible confusión, Lisa afirma que sigue pagando las cuentas médicas, psicológicas y emocionales. Asimismo, enfatizó que el hospital no se hizo responsable del error que provocó que “arruinaran mi salud”.
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