La Organización Panamericana de la Salud informa que el uso de las “sustancias psicoactivas siempre implica un grado de riesgo de sufrir consecuencias adversas sobre distintos órganos y sistemas”.
En el caso del alcohol, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) afirman que, si este se consume en exceso, “puede causar enfermedades crónicas” y otros problemas en la presión arterial, el sistema cardiovascular y el hígado.
La Universidad de California, en Santa Cruz, Estados Unidos, revela que estas combinaciones pueden causar disminución del control motor y de la concentración mental. En el caso de la marihuana, esta “suprime el reflejo nauseoso”, no haciendo posible vomitar cuando el cuerpo lo requiere.
Al ingerir cocaína con alcohol, en el cuerpo se “genera una tercera sustancia única” llamada cocaetileno. El conocido como “metabolito tóxico” puede aumentar el efecto de la droga y provocar una muerte súbita, pues un alto nivel de toxicidad genera presión y estrés en el corazón.
En este caso, acorde a información recopilada por Rehabilitación de Alcohol, ambas sustancias intensifican los efectos de la otra, haciendo así que incremente el riesgo de “sobredosis y daños a la salud”. Las consecuencias pueden variar desde una fatiga severa hasta un coma. El riesgo de sobredosis es alto debido a la depresión respiratoria.
Healthline asegura que, en el peor de los casos, los “atracones” de bebidas alcohólicas y de esta droga pueden aumentar la presión arterial, el ritmo cardíaco y la ansiedad. De igual modo, incrementa el riesgo de un daño en órganos y la muerte súbita, dado a que estresa al corazón.
En el caso de los antibióticos, al mezclarlos con alcohol puede causar, en ciertos casos, mareos, náuseas, fatiga y vómito; en otros, intensos dolores de cabeza, frecuencia cardíaca rápida y convulsiones.
Mayo Clinic afirma que los síntomas de la mezcla pueden contrarrestar los beneficios del medicamento. Además, en ciertos casos, dependiendo si se hace un “cóctel” de más drogas y alcohol, puede que esto aumente peligrosamente la presión arterial.
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