Dana Barrett, una mujer de 31 años que reside en Nueva York, Estados Unidos, compartió que su vida cambió luego de que se rompiera el cuello tras haber realizado un clavado en una piscina.
Recuerda que al caer a la piscina escuchó “cómo el cuello se rompió”. Después, se despertó y su novio le estaba dando respiración boca a boca, pero no tardó en volver a quedar inconsciente.
Al llegar al hospital, los médicos le informaron que se había roto la vértebra C2 y que la dejó con las extremidades paralizadas.
La debieron entubar y creyó estar “viviendo una pesadilla”, pues constantemente pensaba cómo sería su cotidianidad a partir de ese momento.
Aunque a veces se enoja, dice estar muy feliz con su vida y que “sigue siendo la misma Dana”.
Compartió que ella "funciona con una batería", la cual, si empieza a fallar, no puede respirar, moverse ni hablar. Agradece poder comer, beber, entablar conversaciones y tener una familia que la apoya constantemente.
le dijo al medio Metro.
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