Megan Hess y Shirly Koch, madre e hija, diseccionaron 560 cadáveres entre 2010 y 2018, mientras atendían su funeraria.
Megan, de 46 años, y Shirly, de 69 años, fueron condenadas a 20 y 15 años de cárcel, respectivamente, por vender ilegalmente partes de cuerpos humanos y dar a familiares cenizas falsas.
Según informó BBC, las mujeres vendieron las partes y órganos a empresas de enseñanza médica que desconocían que ellas no tenían autorización de las familias para manipular los cuerpos.
Además, los fiscales señalaron que vendieron cuerpos completos en Montrose, Colorado, Estados Unidos.
Mientras trabajaba en la funeraria Sunset Mesa, les cobró a los familiares de los difuntos hasta 1.000 dólares por convertir los cadáveres en cenizas.
A través de Donor Services, otro de sus 'emprendimientos', y formularios falsificados, vendió las partes de los cuerpos.
Tras 8 años operando, varios familiares se enteraron de que las cenizas de sus seres queridos fueron mezcladas con restos de otros difuntos.
Luego de que el caso salió a la luz por una investigación de Reuters, el FBI concluyó que madre e hija se aprovecharon de los familiares.
Haga clic aquí: