En El Vaticano, 184 obispos aprobaron documento que incluye este y otro tema tabú para católicos conservadores, además de la introducción del pecado ecológico.
Después de tres semanas de reuniones a puerta cerrada en El Vaticano, en las que se hablaron de los males de la Amazonía, los obispos consideraron que llegó el momento de reparar la deuda ecológica con la selva.
Los prelados coincidieron en que devastar la naturaleza es un pecado que se debe confesar.
"Vine con la intención de que la iglesia dé buenas noticias con la certeza de una ayuda para la tierra", afirmó María de Lourdes, de la comunidad Sateré-Mawé Amazonas.
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Asimismo, con 128 votos a favor y 41 en contra, figura la posibilidad histórica de ordenar como sacerdotes a hombres casados, los llamados "viri probati", muchos de ellos indígenas, frente a la escasez de sacerdotes.
Otro de los puntos más discutidos en el sínodo fue la propuesta de que las mujeres puedan ejercer nuevos ministerios para difundir la fe católica en la Amazonía. El resultado fue de 137 votos a favor y 30 en contra.
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"Voy a procurar rehacer esto con la congregación para la fe y asumir nuevas personas en esta comisión", dijo el papa Francisco.
La asamblea estuvo integrada por 184 padres sinodiales, entre obispos y cardenales, la mayoría latinoamericanos, en representación de la Iglesia católica de los nueve países de la Amazonía, quienes votaron los 120 puntos.
Ahora, se espera, del papa Francisco, la exhortación apostólica sobre la Amazonía antes de fin de año.