Una cascada de renuncias recibió la primera ministra británica así como el descontento de miembros del Parlamento que promueven una moción de censura.
La primera ministra británica, Theresa May, debilitada por la dimisión de varios miembros de su gobierno y amenazada con una moción de censura por el acuerdo de Brexit con Bruselas, lo defendió como "lo correcto" para su país, convencida de que será exitoso.
"Creo con cada fibra de mi ser que el rumbo que marqué es lo correcto para mi país", afirmó en una comparecencia bajo fuerte expectativa en Downing Street.
Y frente a las cada vez más numerosas voces que piden una nueva consulta popular reafirmó que no convocará un segundo referéndum sobre el Brexit.
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"El liderazgo consiste en tomar las decisiones correctas, no las decisiones fáciles", subrayó. Y fiel a su legendaria tozudez dijo: "¿Voy a llevar esto a cabo? ¡Sí!".
Sus declaraciones no parecen haber convencido al pequeño partido norirlandés DUP, cuyos diez diputados le son indispensables para tener una mayoría absoluta. El DUP votará contra el texto en el Parlamento a no ser que Theresa May sea remplazada, informó el Daily Telegraph la noche del jueves.
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Tras un áspero debate en la Cámara de los Comunes, donde partidarios y detractores del Brexit fustigaron el texto aprobado la víspera por el Ejecutivo, un destacado diputado pidió un voto de censura del Partido Conservador, desafiando el liderazgo de May.
"Lamentablemente, el proyecto de acuerdo de salida presentado hoy al Parlamento ha resultado ser peor de lo que anticipábamos y no cumple con las promesas que se hicieron a la nación", escribió el conservador euroescéptico Jacob Rees-Mogg, líder del grupo probrexit European Research Group, que cuenta con el apoyo de decenas de diputados.
Para iniciar el voto de censura se necesita que al menos 48 legisladores de la formación de May escriban peticiones similares. Otros lo hicieron ya y la prensa británica especulaba con la posibilidad de que se alcanzase rápidamente ese número tras la presentación el miércoles del controvertido texto.
Los defensores acérrimos del Brexit reprochan a la jefa de gobierno haber hecho concesiones inaceptables a Bruselas.
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"Tenemos que cambiar de política y para cambiar de política necesitamos cambiar a la primera ministra", dijo el diputado conservador Peter Bone.
Dimisiones en cadena
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Durante tres horas, diputados de prácticamente todas las corrientes políticas insistieron ante la primera ministra en que el proyecto de acuerdo no cuenta con el apoyo de una mayoría parlamentaria.
Algunos, como el diputado del Partido Nacionalista Escocés (SNP) Ian Blackford, atacaron con dureza a May: "Ni siquiera puede controlar a su propio gabinete".
May sufrió un fuerte revés el jueves cuando su ministro del Brexit, Dominic Raab, y otros tres miembros de su Ejecutivo dimitieron debido al controvertido texto negociado con la Unión Europea.
"No puedo reconciliar los términos del acuerdo propuesto con las promesas que hice al país", afirmó Raab en su carta de dimisión publicada en Twitter.
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Raab, un euroescéptico nombrado en julio, renunció menos de una hora después de que lo hiciera el secretario de Estado británico para Irlanda del Norte, Shailesh Vara.
Poco minutos más tarde, la ministra de Trabajo y Pensiones, Esther McVey, y la secretaria de Estado británica del Brexit, Suella Braverman, dejaban también sus cargos.
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Ante estas noticias, la moneda británica no dejaba de caer: a las 17H00 (locales y GMT) una libra se cambiaba por 1,2745 dólares frente a 1,3027 dólares hacia las 07H00.
La UE, preparada para todo
"La Unión Europea está preparada para un acuerdo final con Reino Unido en noviembre", dijo en Bruselas el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tras anunciar una cumbre extraordinaria para el día 25 destinada a validar el pacto.
Pero ante la crítica situación política de May, subrayó que la UE también está preparada "para un escenario de falta de acuerdo" y "por supuesto" para una "ausencia de Brexit".
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También la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió sobre el riesgo de fracaso.
"Primero que nada, estoy muy contenta que después de largas negociaciones que no han sido siempre fáciles, se ha podido formular una propuesta", declaró Merkel en rueda de prensa en Potsdam, subrayando que el texto debe aún ser sometido a la votación de los parlamentos británico y de los otros 27 países de la UE.
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"Lo peor sería que no se llegue a ningún acuerdo", afirmó, pero "es una alternativa que siempre debemos tener en cuenta".
Casi 17 meses necesitaron los negociadores británicos y europeos para plasmar en un texto de 585 páginas el procedimiento de retirada de Reino Unido el 29 de marzo y el período de transición hasta finales de 2020, al que se sumará una declaración sobre la futura relación entre ambas partes.