Una niña de dos años en Inglaterra casi pierde la vida luego de tragarse seis bolas magnéticas que permanecieron en su estómago durante dos semanas tras un mal diagnóstico. Al parecer, los imanes comenzaron a perforar sus intestinos causándole un dolor insoportable.
De acuerdo con Jade Berriman, la madre de la niña, Meliyah Jayd comenzó a expulsar de su cuerpo litros de vómito de un color verde oscuro que hizo que los médicos le diagnosticaran un “simple virus estomacal” antes de enviarla a la casa. Sin embargo, su problema era mucho mayor y casi le cuesta la vida.
Luego de llevar a la niña a emergencia con dolor de estómago, los profesionales de salud determinaron que se trataba de una gastroenteritis, inflamación del intestino y dolor de garganta. Ese mismo día, la menor pasó una mala noche y sus síntomas fueron empeorando, provocando que se retorciera del dolor y llorara constantemente.
Una semana después, incapaz de frenar el vómito de la pequeña, la madre de 31 años la llevó nuevamente a urgencias infantiles en el hospital Hull Royal Infirmary, donde le dijeron que se trataba de amigdalitis y le recetaron antibióticos. Confundida por el diagnóstico, Berriman insistió en que la revisaran nuevamente, pero no tuvo otra opción que irse para la casa y seguir las recomendaciones, durante otra semana.
"Llegué a casa del trabajo y ella estaba revolcándose de dolor. No estaba llorando, estaba gimiendo. Era el peor sonido que había escuchado en mi vida, así que la llevé nuevamente a urgencias. Me enviaron a casa con un bebé letárgico que se enfermaba constantemente y gritaba de dolor de barriga. Siento que no le dieron a mi hija el cuidado que necesitaba y esto podría haberla matado”, declaró la indignada mujer al medio local Mirror.
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Finalmente, la angustiada madre volvió a llevar a su pequeña a urgencias porque la bebé, que era incapaz de recibir los antibióticos sin vomitar, había perdido el color de su rostro y parecía estar muriendo: “Supe que se estaba muriendo y tuve la terrible sensación de que la íbamos a perder”.
Rápidamente la menor fue ingresada en cuidados intensivos y luego de una radiografía se reveló el contenido que había en su estómago. Se había llenado de líquidos que fueron bombeados fuera de su cuerpo y se veían las seis bolas magnéticas que había ingerido hacía un par de semanas.
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Meliyah Jayd fue sometida a una cirugía de emergencia para la extracción de los imanes y, luego de tres horas en el quirófano, los especialistas le extrajeron 40 centímetros de intestino. Después de eso, la niña permaneció hospitalizada durante siete días y finalmente fue enviada a su casa bajo una “alerta ámbar”, con la que permanecerá durante seis semanas para asegurarse de que sus intestinos no goteen nada.
“Creemos que tomó las bolas individualmente y, debido a que son imanes, se juntaron en sus intestinos y le hicieron un agujero por completo”, puntualizó la madre, quien publicó un llamado a los demás padres de familia a través de sus redes sociales para crear conciencia sobre los peligros de estos elementos para los niños tan pequeños.