Una mujer de 54 años en Bangkok, Tailandia, quedó encerrada accidentalmente en el baño de su casa.
Al cerrar la puerta se percató de que la perilla estaba defectuosa. Al no tener su celular a la mano, optó por empezar a gritar pidiendo auxilio y golpeando la puerta.
Intentó mantenerse hidratada con agua del grifo, pero sintió que sus fuerzas se estaban agotando luego de creer que nadie la iba a rescatar.
Al creer que ese era su fin, escribió su testamento en la pared con crema para manos. Allí especificó cuándo había quedado encerrada y a quién le dejaba su casa.
decía una parte de su última voluntad.
Su hermana se preocupó al no saber nada de ella, por ello acudió a la Policía. Al llegar a la casa, se percataron de que nadie respondía, por ello decidieron saltar la puerta y revisar la vivienda.
Al encontrarla tirada en el sueño procedieron a llevarla al hospital más cercano. Los médicos dieron un parte de tranquilidad, pues, a pesar de estar débil, la mujer gozaba de buena salud.
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