Katie Froggatt, una mujer de 39 años que reside en Reino Unido, creyó tener un resfriado durante el verano de 2021.
Tras pasar varias semanas con congestión nasal y con problemas para respirar fue al médico y le informaron que tenía sinusitis y trataron la afección con medicamentos.
Pero los médicos le dieron un mal diagnóstico, pues el estado de salud de Katie empeoró con el paso de los días. Acudieron a un doctor privado y él descubrió que le estaba creciendo un tumor en la nariz.
Llegó el punto en que el tumor “le salía por la nariz, como una salchicha por la fosa nasal”, comentó el esposo de Katie a Manchester Evening News.
A inicio de 2022, Katie debió someterse a dos cirugías para intentar extirpar el tumor, pero después también debieron amputarle la nariz.
Reconstruyeron la nariz con piel de las muñecas, venas de los brazos y una costilla para realizar la estructura. Aunque tomó tiempo que tuviera sensibilidad, y su rostro se hundió un poco, a mediados de 2022 logró volver a respirar.
Parecía que Katie ya se había recuperado, pero el tumor regresó.
A pocos días de Navidad, debió volver entrar al quirófano, pues existía el riesgo de que ese nuevo tumor le afectara un ojo.
Le dijeron que tenía cáncer en etapa 4 y que este ya se encontraba en el pulmón. Los médicos dicen que su esperanza de vida es de uno o dos años y que los tratamientos para intentar mejorar su estado de salud cuestan más de 1.000 dólares semanales.
Haga clic aquí: