Kevin, un gato de Portland, Estados Unidos, tuvo que ser llevado a la sala de emergencias de la veterinaria local tras un jugueteo donde acabó con una aguja de coser incrustada en el paladar.

De acuerdo con People, el gato, que es conocido por su "naturaleza curiosa", empezó a jugar con una aguja sin que sus dueños lo supieran.

Al parecer el gato entró a una habitación donde habían dejado unos materiales de costura y, tras fisgonear los elementos, terminó con la aguja atravesada en entre el paladar duro y la cavidad nasal.

Sus dueños notaron que el gato estaba en una emergencia cuando este comenzó a tener problemas para tragar y comenzó a vomitar. Tras examinarlo, los médicos notar que su saliva estaba teñida con sangre.

A pesar del susto, el gato se recuperó satisfactoriamente de la extracción de la aguja.

"El caso de Kevin es un recordatorio importante de la rapidez con la que un incidente aparentemente menor puede convertirse en una situación crítica", expresó la especialista que atendió el hecho.

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