Los familiares de Catarina (conocida en su comunidad como doña Cata), en Misantla, México, decidieron cumplir la última voluntad de su ser querido: poner una estatua de pene gigante en su tumba.
La mujer resaltó que para ella era de suma importancia el miembro masculino, tanto así que este merecía un reconocimiento.
Los familiares recordaron que a doña Cata "le llamaban la atención los penes" y que quería "hacerles una estatua", por ello acudieron al arquitecto Isidro Lavoignet para hacer un monumento en forma de miembro viril masculino.
Temían que en el cementerio de Ignacio Zaragoza, una localidad veracruzana, no aceptaran la estatua, pero para su sorpresa, los dueños del lugar dijeron que el diseño le daría un “toque especial” al lugar.
Al parecer, según los familiares de doña Cata, en ningún otro cementerio existe un monumento similar.
El enorme miembro de piedra ha sido descrito como un “reconocimiento de su amor (de la abuela) y alegría por la vida”. Además, a la señora de 99 años le gustaba tanto la palabra “verg@” que llamaba así a sus familiares.
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