Su imagen se hizo símbolo de la lucha pacífica en Venezuela. Creció en la calles de su país, no sabe leer ni escribir, pero aprendió a tocar el instrumento con las ganas de ser libre. Hoy, su escenario son las calles y el Metro de Nueva York.
Una divina cocina la de Alejandro Cuéllar que sabía a pasión, paz y reconciliación Soy grande de corazón: Edward Niño, el hombre más pequeño de Colombia