El parapentista turco Hasan Kaval vuelve a sorprender al mundo: esta vez voló a 800 metros de altura acostado en una cama.
Dos mesitas de noche, una lámpara, un despertador y hasta un muñeco de peluche hicieron parte del dormitorio ambulante en el que sobrevoló la costa de Alanya, en Turquía.
Después de varios minutos en el aire, una alarma fue la encargada de aterrizarlo a la realidad.
Ya con los pies en la tierra, Kaval confesó que por fin había cumplido uno de sus sueños de infancia más recurrentes.
Publicidad