Corey Bowerman sufrió un accidente de tránsito en 2009 mientras iba a bordo de una motocicleta.
Debido a la gravedad de sus heridas, lo trasladaron al Royal Melbourne Hospital, en Australia.
Según detalla el medio News Australia, le realizaron unas tomografías y en estas detectaron que sufría de linfoma (un cáncer que comienza en las células del sistema linfático).
A pesar de que el diagnóstico quedó registrado en el expediente médico de Corey y se recomendó revisión ambulatoria urgente, los doctores nunca le contaron sobre su enfermedad.
En 2015, Corey debió regresar al mismo hospital, pero, una vez más, tampoco le informaron sobre el linfoma.
No fue hasta 2020 que debido a un colapso se enteró de que estaba enfermo. Un médico le informó a la familia de Corey que “solo le quedaban unas semanas de vida”.
La noticia de un pronto deceso de Corey sacudió a su familia, a tal punto que su hija se preguntó: “¿Va a conocer a mi hijo?”.
Corey le prometió a su hija que “pelearía” contra la enfermedad lo más que pudiera para que así conociera a su nieto.
Tras el nacimiento del pequeño Sonny, la salud de Corey empeoró y falleció.
Su hija está sumamente enojada por la negligencia del centro médico, pero, al parecer, no los puede demandar, pues su padre llegó a un acuerdo con el hospital.
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