Año tras año las familias se reúnen para armar y decorar los icónicos pinos navideños
Algunos creen que la tradición se estableció en Alemania durante el siglo VIII
La historia cuenta que allí había un roble consagrado a la deidad germánica Thor
Buscaban garantizar el regreso del sol y de la vegetación
El misionero inglés, que pretendía evangelizar los pueblos, taló el árbol
Con el argumento de que no debían ”adorar” a los dioses paganos procedió con el derrumbe de la tradición
Con el fin de mantener la paz durante la evangelización, San Bonifacio les ofreció la planta
Fue su argumento para establecer al árbol como la nueva tradición del solsticio de invierno
Con los años, la planta empezó a ser decorada con elementos más coloridos y festivos
También, se atribuye la tradición a Estonia y Letonia. En medio de una plaza se bailó alrededor de un pino, al cual luego se le prendió fuego