El deseo y placer no siempre son sentidos hacia los humanos, pues ciertas personas pueden despertar sus pasiones al pensar en objetos.
La agalmatofilia es definida como el sentir del deseo sexual hacia estatuas, maniquís o muñecos que se asemejan a las imágenes humanas.
Algunos que tienen esta parafilia (conductas o fantasías sexuales), afirman que los maniquís logran satisfacer sus expectativas en la cama, incluso, más que un humano.
Por primera vez se abordó el tema de la agalmatofilia en el estudio clínico del psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing, quien registró en 1877 el caso de un jardinero que se enamoró de una estatua y fue descubierto cuando intentó tener relaciones sexuales con el objeto.
El deseo ha ido más allá y algunas personas han decidido formar una relación con sus muñecas.
En 2020 saltó a la fama Yuri Tolochko, un culturista ruso que se casó con su muñeca sexual. Un año después, el mundo conoció a Xie Tianrong, un hombre de Hong Kong quien también le propuso matrimonio a su juguete.
A pesar de que Tolochko decidió unir su vida a ‘Margo’ (el nombre de su muñeca), decidió divorciarse luego de adquirir otras dos muñecas sexuales.
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