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Con Fernando Gaviria como cuota colombiana, la París-Roubaix promete emoción sobre el adoquín

El monumento ciclístico se verá el próximo domingo, desde las 7:00 a.m., por la señal HD2 y la web de Caracol Sports.

paris-roubaix-ciclismo
París Roubaix
/Getty Images

La París-Roubaix regresa el domingo con todo su carácter legendario, incluida la anunciada lluvia, lo que otorga ventaja al belga Wout van Aert y al holandés Mathieu van der Poel, los dos grandes favoritos, enfrentados al colectivo del equipo Deceuninck.

Novecientos tres días después de la victoria del belga Philippe Gilbert en abril de 2019, el pelotón regresa a esta prueba tras el largo paréntesis provocado por la pandemia. Y lo hace con su dramaturgia, intensidad y extrema dureza.

Sobre todo cuando la lluvia, ausente de la 'reina de las clásicas' desde 2002, complica un poco más las cosas en una prueba de 257,7 kilómetros, de los que 55 son de adoquines por caminos que habitualmente utilizan tractores y máquinas agrícolas que trabajan en los campos de remolachas.

"Es la lluvia la que fabrica la mayor parte de recuerdos", señala Jean-François Pescheux, que dirigió la París-Roubaix durante los años 1990 y 2000.

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"Cuesta reconocer los maillots y la cara de los ciclistas, con las máscaras de barro el parecido con los mineros es evidente", añade.

- Descubrimiento para Van der Poel -

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Las condiciones climáticas parecen dar ventaja a los más hábiles, los corredores de cyclo-cross, y Van Aert y Van der Poel, compaginan esta condición con ser los grandes dominadores de las clásicas, junto con Julian Alaphilippe, que el domingo se proclamó campeón del mundo por segundo año consecutivo, pero que no correrá la París-Roubaix.

"Me alegro de que llueva, parece que estará bien", se divierte Van der Poel, que descubrirá la prueba 34 años después de la 18ª y última participación (récord) de su abuelo Raymond Poulidor.

Optimista por naturaleza, el fenómeno neerlandés, octavo en el Mundial el pasado domingo, descarta el argumento de la inexperiencia: "Quiero acabar la temporada bien tras mis problemas de espalda, creo que puedo ganar".

A la inversa, Van Aert llega tras su mal papel en el Mundial que disputó en casa (11º). Tras finalizar 13º y 22º en sus dos primeras participaciones en la París-Roubaix, es prudente y dice que solo quiere "encontrar buenas sensaciones".

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- La táctica Deceuninck -

Frente a esta dupla, el equipo Deceuninck, que como es habitual tendrá varias cartas que jugar, esperar llegar con superioridad numérica al desenlace de la carrera.

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"Corremos con varios líderes y todos los líderes son iguales. Es la mejor táctica", dice el checo Zdenek Stybar, que tendrá la ventaja de su formación en el cyclo-cross (tres títulos mundiales).

Compartirá responsabilidad con Florian Senechal, que juega en casa y que es la mejor opción francesa el domingo, el danés Kasper Asgreen y el belga Yves Lampaert.

Más allá aparece un grupo de ciclistas dispuestos a dar la sorpresa; Stuyven, Vanmarcke, van Baarle, Politt, Teunissen o M. Pedersen, que sueñan con imitar al australiano Mathew Hayman, que logró el triunfo en 2016 en su 15ª participación.

Más en segundo plano que hace algunos años, no hay que olvidar a Peter Sagan, vencedor en 2018 y formado en la escuela del cross-country y la bicicleta de montaña.

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