Durante 39 años, Gonzalo Pérez ha ocupado una docena de posiciones dentro del Grupo Sura, hasta que asumió su presidencia en abril de 2020 en pleno estallido del COVID-19 .
“No estaba esperando una pandemia, inclusive desde Suramericana trabajamos en tendencias y riesgos y no alcanzamos a visibilizar una pandemia y el impacto que había. Y lo que implica no solo la pandemia en los efectos en la economía, sino que adicionalmente todo el trabajo de la virtualidad.
Esta es una compañía que trabaja por principios y eso genera mucha coherencia, pero también mucho apoyo en el trabajo en la virtualidad. Siempre y cuando cumplamos los principios no necesitamos los manuales”.
Con 63 mil colaboradores, el Grupo Sura ha tenido que adaptarse para mantener los empleos y asegurar la solvencia de sus compañías. Al tiempo, generó cambios en la gestión del talento.
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“Nosotros estábamos mencionando que necesitamos talento humano capaz de trabajar en la ambigüedad, en la incertidumbre y con altísima velocidad. Eso estaba en la teoría, y lo que nos pasó fue que de la noche a la mañana se convirtió en una realidad.
Y nos los mostró la pandemia de un día para otro, nos tocó reconvertirnos en tres semanas. Ese es un gran aprendizaje”.
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Así como tiene un número muy importante de colaboradores, también tiene casi 53 millones de clientes. ¿Cree que la relación con ellos ha mejorado, ha cambiado y cómo la ética juega un papel fundamental dentro de esa relación?
“Cuando llegamos en un momento como este de pandemia tan especial, donde todos estamos con altísima carga de incertidumbre, pues tenemos que ser mucho más empáticos con los clientes, tenemos que ser mucho más afines y entregar mucho más valor de lo que se estaba esperando.
Habíamos desarrollado, desde el año anterior, el tema de empresa Sura como el apoyo a la micro, pequeña y mediana empresa, pero más a la micro y pequeña en entregarles conocimiento para ser competitivos y sostenibles.
Hoy tenemos más de 100 mil empresas que acudieron a nosotros en este momento, en el que les entregamos los conocimientos propios que tiene una organización como esta: temas de estrategia, temas financieros, temas de talento humano, en fin…”.
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Como líder empresarial, ¿qué se le ocurre para salir de esta pandemia lo menos golpeados posible?
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“Dos conceptos: hemos hablado mucho de encargarnos. Es cómo cada uno de nosotros, como persona y como compañía, podemos hacer para que la sociedad, la economía y las personas salgan adelante.
Primero, decir qué hacemos nosotros: conservemos el empleo, apoyemos a nuestros proveedores, a nuestros distribuidores, es cómo me encargo yo.
El segundo concepto es pensar juntos, independientemente de las diferencias ideológicas, conceptuales. Eso, en un momento como este, nos ha de llevar a que nos sentemos todos los entes que constituyen una sociedad a pensar juntos y tener un objetivo común, y que ese objetivo común lo compartamos y lo trabajemos a pesar de todas las diferencias que podamos tener desde las idolologías hasta las creencias”.
La pandemia ha traído cambios en el concepto de salud para la sociedad y las empresas. Hoy, su significado está íntimamente atado al desarrollo industrial y al buen desempeño de los negocios.
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“Un gran aprendizaje de la pandemia. Nosotros veíamos la salud como enfermedad, o como carencia de enfermedad. Antes hablábamos de salud mental, física y financiera.
Vienen íntimamente ligadas, la salud financiera va con la salud física y la salud mental. Y así sucesivamente. Pero aprendimos algo más: que ojalá sea aprendizaje puro. Uno, la salud como concepto de competitividad. Y segundo, el valor del colectivo. Nunca teníamos el valor del colectivo en la cabeza. Cuando llega una pandemia sabemos que no es el problema de mi salud, ni de mi familia, sino es el problema de la salud de una sociedad completa. Es un aprendizaje muy importante”.
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Al final, como señala Pérez, la pandemia puede ayudar a cambiar y fortalecer la sociedad.
“El trabajo en la ambigüedad, la incertidumbre y la volatilidad se convirtió en una realidad y eso nos va a dar mucha potencia en el talento humano para el desarrollo de la economía.
Segundo, también creo que viene un concepto de ir más allá de la acumulación de capital, también a empezar estas consideraciones humanas, esas capacidades amplias de participación ciudadana que son muy importantes, de desarrollo colectivo de la sociedad, que es muy importante. Creo que se están sumando dos conceptos que hay que mirarlos con mucho optimismo y que van a transformar esa sociedad”.
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¿Y cómo convertir lo que está sucediendo en una oportunidad?
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“Hoy en día estamos muy atrapados en el presente. Hay que salir de la coyuntura y decir qué aprendimos en esa coyuntura y que no se nos vaya olvidar cuando llegue a la normalidad. Porque cuando llegue a la normalidad se nos empieza a olvidar un poco lo que vivimos y entonces lo primero es ese conocimiento de la historia, de esta historia que estamos viviendo, es decir que las personas fueron capaces de tomar decisiones en ambigüedad. Fueron capaces de tomar decisiones en incertidumbre, fuimos capaces de integrarnos como sociedad de alguna manera”.
Y aunque el futuro es incierto, Gonzalo Pérez es optimista y asegura que las posibilidades son múltiples.
“Creo que hay que ser irremediablemente optimistas. Hay que ver el futuro como una posibilidad siempre. Hay una frase que se repite mucho: si crees que puedes, o no puedes, siempre tienes la razón. Tenemos que creer que podemos”.
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